Hacer una lectura actual de la historia de ese otro movimiento obrero, anticapitalista y asambleario, que inventó formas de resistencia que huían de la lógica de la representación. Por una parte se trata de un ejercicio de recuperación: hay que tener en cuenta que las acciones de ese otro movimiento obrero han sido totalmente ignoradas por la historia oficial de la transición postfranquista que suele presentarse como un proceso de transición política modélico y que ha utilizado la paz social, esto es la derrota obrera, como argumento irrebatible. Y es tan solo esa historia oficial deformada la que ha llegado a las generaciones más jóvenes. No obstante lo anterior, no pretendemos tan solo el rescate de una memoria secuestrada y nos interesa aún menos la actividad nostálgica que concibe las luchas autónomas de esa época como un modelo a imitar; más bien las consideramos como fuente de inspiración adaptada a los desafíos y exigencias del presente. En suma, no es tanto poner en marcha una operación de recuperación de la memoria histórica sino propiciar una intervención política sobre la memoria, esto es, indagar en el pasado para repensar el presente, investigando cómo se puede conectar lo que entonces ocurrió con nuestra realidad y de ahí la apertura que liga aquellas luchas con algunos fenómenos actuales de carácter antagonista.
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