miércoles, 15 de septiembre de 2010

El odio a la prensa no es gratuito




(x hommodolars)


Este sábado 11 de septiembre se realizo la romería al cementerio general, en conmemoración a los caídos después del golpe de estado de 1973. Lo mas comentado de la jornada no fue como en otros años los enfrentamientos con carabineros, sino la agresión a trabajadores de medios tradicionales, en especial el ataque a móviles apostados a las afueras del cementerio católico.
Desde los medios agredidos surgieron diferentes apreciaciones de lo ocurrido. Desde canales como Mega se vocifero contra los agresores y se clamaba por venganza, incluso inventaron teorías conspirativas, respecto a que fotógrafos independientes estaban coludidos con los manifestantes que realizaron los ataques.
En tanto el colegio de periodistas no se quedo atrás en sacar su propia teoría conspirativa, poniendo en duda el origen de las agresiones y casi acusando a carabineros o posibles “elementos infiltrados” de lo sucedido. El argumento es que ese día carabineros no estuvo tan cerca como normalmente sucede en estas manifestaciones.
Pero dejando atrás las conspiraciones, cabe preguntarse si este odio a los medios tradicionales es gratuito.
Desde hace un tiempo hemos visto como detrás de cada montaje, operativo o acusación a organizaciones sociales y políticas del ámbito anticapitalista o defensora de los derechos indígenas, los medios juegan un rol activo, ya sea reproduciendo el discurso oficial e incluso llevando a cabo su propia campaña de desprestigio.
Los medios tradicionales ya no se conforman con esperar que el gobierno de turno dispare sus dardos o presente sus pruebas. Son ahora los medios los que realizan sus propias “investigaciones”, crean una hipótesis, eligen a quien o quienes apuntar y presentan sus pruebas. Todo esto después es usado en muchas ocasiones por los agentes estatales para realizar detenciones o acusaciones formales.
Vemos como también los medios crean su propia agenda política y critican cuando sus postulados no son tomados en cuenta. Esto lo vemos en llamado “caso bombas”, cuando desde medios como el mercurio y la tercera criticaban con fuerza a el fiscal Xavier Armendáriz, porque no lograba los resultados esperados. La tercera y El Mercurio se esforzaban día a día en presentar sus pruebas, teorías y posibles culpables. Apuntaban y esperaban que el fiscal diera el golpe que en sus paginas ya tenían escrito. Pero ante la imposibilidad de presentar las pruebas necesarias y no pasar los bochornos anteriores, cuando se hacían allanamientos y luego los inculpados salían libres por falta de pruebas. Armendáriz sabia que no podía dar el golpe sin sobrepasar su propio marco jurídico.
Esto termino cabreando a copesa y el mercurio y comenzaron a pedir la cabeza del fiscal ineficiente. Esto se logro con la destitución de Armendáriz y el nombramiento de Alejandro Peña. Peña era conocido por ser un fiscal adicto a los Flashes y patear puertas, incluso Armendáriz puso reparos a el nombramiento de Peña. Esto ya no importaba ya que Peña logro lo que los medios deseaban, que comenzaran a caer puertas y ellos estar ahí, en primera fila, codo a codo con la policía, para luego lanzar sus acusaciones y verlas en los juicios.
No importaba que el juicio en realidad se construía en el camino, ni que las pruebas fueran ridículamente subjetivas. Ellos se encargarían de presentar lo contrario y de nutrir el ego al gobierno, a su fiscal estrella y, como no, a ellos mismos.
Pero todo esto no es gratis, el descontento y la rabia que los que ven como los medios tradicionales construyen su propia agenda país se ve reflejada en actos como los sucedidos este 11 de septiembre.
Luego de los ataques que recibieron en las inmediaciones del cementerio general, los medios no solo decidieron tomar represalias contra los agresores, sino que decidieron apuntar contra los medios independientes. Aludiendo a una supuesta colusión entre sus agresores y los medios independientes presentes en la jornada, los medios tradicionales no solo buscan cobrar venganza por el orgullo herido, también llevan a delante una campaña de desprestigios contra medios que no se cuadran al discurso oficial ni a sus líneas editoriales, controladas por grupos económicos y conservadores.
Esta campaña sucia contra medios independientes no es nueva, ya hemos visto como han surgido acusaciones desde medios escritos y televisivos contra quienes cubren conflictos sociales desde la óptica de los oprimidos.
Esta campaña no solo se da con acusaciones, también con omisiones graves en casos de represión hacia medios no oficiales. Se omiten las múltiples agresiones que han sufrido fotógrafos, quienes incluso han sufrido torturas y robo de equipo, detenciones de comunicadores sociales (la ultima de un trabajador de la radio nuevo mundo), entre otras múltiples, que suceden en muchos casos delante de sus cámaras y que son omitidas por completo.
Es por todo esto que lo ocurrido el sábado 11 no es un caso surgido de la irracionalidad, es un síntoma claro de la omnipotencia y arrogancia de quienes se amparan en un monopolio económico informativo para crear una agenda país a su gusto y disparando contra quienes no se cuadren a su discurso.


Apendice (x dadsadasda)
Por su parte Meganoticias siguio con su cruzada, El mismo periodista que fue echado a patadas se dedico a perseguir con las camaras a los “lideres” de la pateadura que se llevaron. Al parecer no aprendio, y si encapuchados queman las camaras para precisamente evitar ser sapeados, este periodista aprovecho las pocas imagenes que tenian para mostrar a un compa sin capucha y luego acusandolo de diversas acciones. Todo hace entender que en la sala de edicion los periodistas no recuerdan que en algun momento el jefecito los mandara a cubrir una marcha y se encontrara con quienes son objeto de sus persecuciones. Hoy La nacion dijo que en este sitio se amenazo a los peridistas por el simple echo de advertirles lo obvio: si siguien diciendo estupideces y criminalizando, no esperen rosas. Esta advertencia para que no les vuelva a pasar lo mismo fue visto como amenaza. Bueno, no sabemos que decirle a ese periodista, pero que no diga que no se le advirtio que hablar mierda de luchadores socials no le rendira algo bueno cuando se los encuentre en la calle. Aun mas, por su persecucion un compa hoy fue detenido. Entonces ahora sabremos que entienden porque los apedrearon y patearon. Sus imagenes y acusacion llevo a que otro compa fuera a la cana. Esto lo saben muchos, lo vieron, lo escucharon. Saben quien es el responsible mediatico. Que despues no llore. Nosotros simplemente explicamos lo ocurrido. Si eso lo consideran amenaza, si amenaza es decirles que al sapear y perseguir y forzar a encarcelar gente les traera problemas….bueno, ellos veran.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Socialismo y humanismo según Petrovic y Fromm: fundamentaciones


Sacado del libro: Roi Ferreiro Comunismo, socialismo y dialéctica revolucionaria en Marx (2010)  (Pinchar sobre el titulo)
Nota: Nos ha parecido importante destacar parte de un capítulo, para difundir las interpretaciones de Gajo Petrovic, desconocidas en el medio marxista libertario hispanohablante.
Socialismo y humanismo según Petrovic y Fromm: fundamentaciones
Es relevante para nuestro tema considerar aquí las interpretaciones del filósofo yugoslavo Gajo Petrovic1 acerca del comunismo, el socialismo y el humanismo. En primer lugar, Petrovic intentó abordar la distinción entre socialismo y comunismo, que hacía Marx en los Manuscritos del 44, según el modelo socialdemócrata de dos etapas, una inferior y otra superior.
Marx consideraba que la sociedad que ha de surgir como negación del capi­talismo no ha de ser únicamente una negación del orden económico capitalista, sino también una negación de la relación existente entre las diferentes «esferas» característi­cas de la sociedad de clases; no solamente ha de abolirse la primacía de la esfera económica, sino también la atomización del hombre en esferas extrañas entre sí.”
“Los textos de Marx confirman la concepción del socia­lismo como etapa «superior» con respecto al comunismo. Por otra parte la etimología de estas palabras también corrobora dicha terminología; así, «comunismo» (compa­rado con communis - común) significa una sociedad en la que los medios de producción son comunes y «socialis­mo» (que corresponde a socius - camaradas*) significa una sociedad en la que todas las personas son camaradas. Por consiguiente, la segunda fase es, sin duda, superior y más difícil de alcanzar que la primera.”
Y revisando los Manuscritos del 44, en particular una cita que hemos mencionado anteriormente sobre el ateísmo y el socialismo, Petrovic interpreta que
La relación entre «ateísmo» y «socialismo» es análoga a la que existe entre el «comunismo» y la «vida real». El ateísmo es la afirmación de la existencia del hom­bre mediatizada por la negación de Dios. Por el contrario, el socialismo no necesita un intermediario, es la autoconcien­cia positiva del hombre que ya no está mediatizada por la abolición de la religión. Por consiguiente, mientras que el comunismo es la sociedad humana mediatizada por la abolición de la propiedad privada, el socialismo es un aspecto de esta forma superior de sociedad inmediatamente humana. El socialismo no es la totalidad de esta sociedad, sino únicamente un aspecto de la «vida real», su autoconcien­cia. Es evidente que el hecho de que Marx considere al comunismo como la etapa «inferior» y al socialismo como un aspecto de la etapa «superior» (su autoconciencia) no nos ha de conducir a la aceptación de su termino­logía, ni de su concepción (pues no se trata únicamente de una terminología). Pero, en la actualidad, ¿no es de una importancia vital para el género humano la distinción entre la condición social en la que se suprime la propiedad pri­vada (comunismo), de la comunidad humana en la que el hombre es socius de otro hombre (socialismo, o mejor humanismo)?”
Pero a nosotros esta interpretación nos parece errónea; en realidad es una inferencia arbitraria de Petrovic, que quiere diferenciar humanismo y socialismo. Para Marx no tenía sentido concebir el socialismo como mera “autoconciencia”, como veremos más adelante. Lo que Marx pretendía es quizá lo que Fromm, citado por Petrovic, dice al respecto:
¿Qué ocurrirá después del comunismo?” “-así como el ateísmo -escribe Marx- que es la superación de Dios, representa el devenir del humanismo teórico, el comunismo, que es la abolición de la propiedad privada, constituye la reivin­dicación de la vida real del hombre como propiedad suya: el devenir del humanismo práctico; es decir, el ateísmo es el humanismo integrado a sí mismo mediante la supre­sión de la religión, y el comunismo es el humanismo rein­tegrado a sí mismo mediante la abolición de la propiedad privada. Sólo a través de la supresión del intermedio -que, no obstante, es una condición preliminar y necesaria- nace el humanismo que parte positivamente de sí mismo: el humanismo positivo.” (E. Fromm, Marx y su concepto de hombre, cap. 6)
Dado que Petrovic se basa en Fromm, y el tema afecta directamente a la noción de socialismo en Marx, se hace necesario que abordemos ampliamente la citada obra de Fromm, Marx y su concepto de hombre (1961). En ella Fromm plantea una cuasi-identidad entre socialismo y humanismo, basada en la tesis de que:
“La concepción del socialismo en Marx se desprende de su concepto del hombre.” (ibid., cap. 6)
Entonces, si el comunismo no es el “fin del desarrollo humano”: “¿Cuál es ese fin?” -se pregunta Fromm. Y se responde él mismo:
“Evidentemente, el fin del socialismo es el hombre. Es crear una forma de producción y una organización de la sociedad en que el hombre pueda superar la alienación de su producto, de su trabajo, de sus semejantes, de sí mismo y de la naturaleza; en la que pueda volver a sí mismo y captar el mundo con sus propias facultades, haciéndose uno, así, con el mundo. El socialismo era para Marx, como ha dicho Paul Tillich, “un movimiento de resistencia contra la destrucción del amor en la realidad social”. (ibid., cap. 6)
“El socialismo, para Marx, nunca fue como tal la realización de la vida, sino la condición de esta realización. Cuando el hombre haya construido una forma racional, desalienada de sociedad, tendrá la oportunidad de comenzar con lo que es el fin de la vida: el «despliegue de las fuerzas humanas que se considera como fin en sí, el verdadero reino de la libertad»2. (ibid., cap. 6)
“Para Marx, el fin del socialismo era la emancipación del hombre y la emancipación del hombre era lo mismo que su autorrealización en el proceso de la relación y la unidad productiva con el hombre y la naturaleza. El fin del socialismo era el desarrollo de la personalidad individual.” (ibid., cap. 4)
Esta perspectiva es interesante, en el sentido de que, si el comunismo es la “negación de la negación” respecto de lo existente, es el “momento” necesario para suprimir la autoalienación; pero como tal no la suprime totalmente, sino que más bien, arranca sus raíces de la vida práctica y con ello abre el camino para un proceso de autodesalienación integral de los individuos. Porque los individuos y su vida son, en un principio, el producto complejo de su actividad autoalienada. Su autoalienación está materializada en todos los componentes, relaciones sociales, estructuras sociales, representaciones y estructuras psicológicas; tiene una materialidad concreta, es en principio la forma sensible y total de su vida. El proceso de autocuestionamiento total, de desarrollo de nuevos modos de ser y de nuevas estructuraciones en todos los campos de la vida, es un proceso progresivo en que lo subjetivo y lo objetivo se transformarán, a través de una praxis que vaya liberando y amplificando su potencial creativo, y que tomará como objeto de desarrollo la totalidad de los sentidos y cualidades humanos y sus manifestaciones objetivas en la actividad social.
Fromm ve el fundamento del comunismo y del socialismo en esa libertad positiva, cuyo reflejo es la concepción del hombre como productor de su propia existencia, y que para Marx es una cualidad inmanente a la esencia humana que se concretiza y formaliza socio-históricamente:
“...Como dice Marx, el hombre es independiente solo «...si afirma su individualidad como hombre total en cada una de sus relaciones con el mundo, al ver, oír, oler, saborear, sentir, pensar, desear, amar; en resumen, si afirma y expresa todos los órganos de su individualidad», si no sólo es libre de, no libre para.” (ibid., cap. 4)
“Para Marx, el fin del socialismo era la libertad, pero la libertad en un sentido mucho más radical que como la concibe la democracia existente: la libertad en el sentido de independencia basada en la posibilidad del hombre para pararse sobre sus propios pies, utilizar sus propias fuerzas y relacionarse productivamente con el mundo. «La libertad -decía Marx- es hasta tal punto la esencia del hombre que hasta sus oponentes lo comprenden... Ningún hombre lucha contra la libertad; en todo caso, lucha contra la libertad de otros. La libertad ha existido siempre, pues, en todas sus manifestaciones, solo que algunas veces como privilegio especial y otras como derecho universal»3.” (ibid., cap. 6)
Más en general, Fromm entiende el socialismo como el desarrollo del individuo a la vez libre y adecuado a su naturaleza -lo que nosotros podríamos llamar autonomía humana integrada-:
“Para Marx, el socialismo (o el comunismo) no es una huida, abstracción o pérdida del mundo objetivo que los hombres han creado objetivando sus facultades. No es una vuelta empobrecida a la simplicidad primitiva y antinatural. Es, en lugar de eso, el primer surgimiento, la actualización genuina de la naturaleza del hombre como algo real. El socialismo, para Marx, es una sociedad que permite la actualización de la esencia del hombre, al superar su alienación. Es nada menos que la creación de las condiciones para un hombre verdaderamente libre, racional, activo e independiente; es la realización del fin profético: la destrucción de los ídolos. (ibid., cap. 6)
Hasta aquí no vemos una justificación para trazar la distinción entre humanismo y socialismo que plantea Petrovic -y que en Fromm únicamente está implícita. Además, recordemos que para Marx el comunismo, el humanismo y el naturalismo formaban una síntesis, una síntesis que tenía una existencia concreta en la tendencia de desarrollo del movimiento comunista real4.
En Fromm, la distinción entre socialismo y humanismo tiene que ver con su enunciado de que el socialismo es el cumplimiento de las profecías religiosas acerca de una nueva vida, divina o espiritual, para los seres humanos.
“El socialismo (en su forma marxista y en otras) volvió a la idea de la "sociedad buena" como condición para la realización de las necesidades espirituales del hombre. Era antiautoritario, por lo que se refiere a la Iglesia y al Estado, y tendía por tanto a la eventual desaparición del Estado y al establecimiento de una sociedad compuesta por individuos que cooperaran voluntariamente. Su fin era una reconstrucción de la sociedad para convertirla en la base de la verdadera vuelta del hombre a sí mismo, sin la presencia de aquellas fuerzas autoritarias que restringían y empobrecían el espíritu del hombre.”
“Es la síntesis de la idea profética cristiana de la sociedad como el plano de la realización espiritual y de la idea de la libertad individual. Por esta razón, se opone a la Iglesia por su restricción al espíritu y al liberalismo por su separación de la sociedad y los valores morales. Se opone al stalinismo y al jruschovismo, por su carácter autoritario y por su descuido de los valores humanistas.” (ibid., cap. 6)
Por supuesto, los orígenes de las ideas revolucionarias modernas sobre la sociedad y sobre el hombre se pueden rastrear hasta las religiones. Pero la razón de ello no es que las propias doctrinas religiosas derivasen consecuencias revolucionarias a partir de la realidad espiritual del hombre, sino que, en la medida en que las expresiones teóricas, científicas o filosóficas, y la propia vida práctica cotidiana de los individuos, no existieron nunca, salvo parcial y aisladamente, de forma separada de las doctrinas y la vida religiosas hasta la modernidad, en esta misma medida las necesidades de transformación social tenían que expresarse en un lenguaje religioso, tenían que mezclarse con las doctrinas espirituales y hasta infiltrarse inconscientemente en el proceso de los éxtasis proféticos y las revelaciones místicas, presentándose, en consecuencia, como parte de un mandato supraterrenal y extrahumano.
Por otro lado, la oposición al bolchevismo no tiene por qué realizarse a partir de postulados humanistas, porque tanto teórica como prácticamente el autoritarismo y la crudeza de los regímenes y movimientos que el bolchevismo ha inspirado a lo largo del siglo XX -y aun en el siglo XXI sirve como al menos legitimación ideológica de otros-, son rechazables desde la constatación crítica de que reproducen el trabajo asalariado y, por consiguiente, son formas de capitalismo de Estado y no formas distorsionadas de socialismo o comunismo. Para Marx, el comunismo o el socialismo son intrínsecamente humanistas y naturalistas, en un sentido radicalmente opuesto al capitalismo. De modo que, la defensa de una doctrina o movimiento llamado “humanista”, como diferenciado del comunismo y del socialismo, en realidad supone una ambigüedad, bien en el sentido de que los supuestos regímenes socialistas o comunistas que se han creado en el siglo XX son lo que dicen ser, a pesar de sus ‘fallos’, o bien en el sentido de que el desarrollo abstracto del humanismo social en las sociedades capitalistas es una forma de contribuir en éstas al avance hacia una revolución social. Esta última es la posición de Fromm; de ahí que, en su teoría, la identidad o síntesis de humanismo y socialismo es, en el fondo, lo contrario, una excusa para su desligación práctica.
La humanización del capitalismo es una contradicción en términos, porque tomando como punto de partida incuestionado una totalidad de relaciones humanas alienadas, el desarrollo del proceso de humanización asume también, de necesidad, un carácter alienado. Este desarrollo tiene un contenido humanizador positivo, pero también un contenido alienador negativo, e involucra el no reconocimiento de este aspecto alienante como lo que es. O sea, este desarrollo “humanista” involucra un autoengaño de los individuos y una mistificación ideológica. Los individuos se vuelven más humanos, por ejemplo, menos violentos; pero para ello aprenden a ser menos violentos, esto es, se recondicionan de modo que su agresividad se expresa de otras formas; las raíces de la violencia no desaparecen y, en su lugar, se camuflan más que antes. Por lo tanto, los individuos descubren que pueden ser menos violentos, no cómo dejar de ser violentos. Y en la medida en que las situaciones de la vida intensifican su agresividad en circunstancias en las que los aprendizajes de conductas sustitutivas no son aplicables, estos individuos aparentemente menos violentos muestran abrupta y ciegamente su violencia, y quizá con mayor intensidad y brutalidad que antes. Porque ahora su conciencia superficial ha olvidado lo que es el uso de la violencia y, en consecuencia, se han debilitado los mecanismos de autorrepresión.
En resumen, la desligación práctica del humanismo y el socialismo, manteniendo sin embargo su unidad en la teoría, conlleva una falacia práctica y, por ello, resulta en una mistificación ideológica. Lo que en Fromm parece ser una cuasi-identidad5 entre humanismo y socialismo, finalmente se muestra como una escisión, la misma que está implícita en la socialdemocracia al separar la lucha por reformas y la lucha por la revolución, la vida cotidiana de la praxis revolucionaria, y al convertir la última en una mera representación cuyo saber estaría depositado en las cabezas de los intelectuales de partido.
Ahondando más, Fromm muestra cuál es la raíz de su posición humanista abstracta -variante del humanismo burgués de siempre- y de su argumento “religioso” al tratar el tema de las necesidades humanas:
“El socialismo, según Marx, es una sociedad, que sirve a las necesidades del hombre. Pero, preguntarán muchos, ¿no es eso precisamente lo que hace el capitalismo moderno? ¿No están nuestras grandes compañías ansiosas de servir a las necesidades del hombre? ¿Y no se dedican las grandes compañías de publicidad, con grandes esfuerzos que van desde las encuestas hasta los «análisis de motivación», a tratar de descubrir cuáles son las necesidades del hombre? Sólo podrá entenderse la concepción del socialismo de Marx si se comprende la distinción que hace Marx entre las verdaderas necesidades del hombre y las necesidades sintéticas, artificialmente producidas.
Como se desprende de toda la concepción del hombre, sus verdaderas necesidades están arraigadas en su naturaleza; esta distinción entre necesidades verdaderas y falsas es posible sólo sobre la base de una visión de la naturaleza del hombre y de las verdaderas necesidades humanas enraizadas en su naturaleza. Las verdaderas necesidades del hombre son aquellas cuya satisfacción es necesaria para la realización de su esencia como ser humano. Como dice Marx: «La existencia de lo que realmente amo es experimentada por mí como una necesidad, sin la cual mi esencia no puede realizarse, satisfacerse ni completarse.»6 Sólo sobre la base de una concepción específica de la naturaleza del hombre puede establecer Marx la diferencia entre las necesidades verdaderas y falsas del hombre. Desde el punto de vista puramente subjetivo, las necesidades falsas son experimentadas como si fueran tan urgentes y reales como las verdaderas y, con una perspectiva puramente subjetiva, no hay criterio para hacer la distinción. (En la terminología moderna podría diferenciarse entre las necesidades racionales [sanas] y las neuróticas.7) Con frecuencia el hombre sólo es consciente de sus necesidades falsas y permanece inconsciente ante las verdaderas. La tarea del estudioso de la sociedad es, precisamente, despertar al hombre para que puede cobrar conciencia de las falsas necesidades ilusorias y de la realidad de sus necesidades verdaderas. El fin principal del socialismo, para Marx, es el reconocimiento y la realización de las verdaderas necesidades del hombre, que solo será posible cuando la producción sirva al hombre y el capital deje de crear y explotar las necesidades falsas del hombre.
La concepción del socialismo de Marx es una protesta, como lo es toda la filosofía existencialista, contra la alienación del hombre; si, como dice Aldous Huxley, «nuestros sistemas económicos, sociales e internacionales de la actualidad se basan, en gran medida, en el desamor organizado», el socialismo de Marx es una protesta contra este mismo desamor, contra la explotación del hombre por el hombre y contra su explotación respecto de la naturaleza, el desprecio de nuestros recursos naturales a expensas de la mayoría de los hombres de hoy, y más aún de las generaciones venideras. El hombre desalienado, meta del socialismo como ya lo hemos demostrado, es el hombre que no «domina» a la naturaleza, sino que se identifica con ella, que está vivo y reacciona ante los objetos, de modo que los objetos cobran vida para él.
¿No significa todo esto que el socialismo de Marx es la realización de los impulsos religiosos más profundos, comunes a las grandes religiones humanistas del pasado? Así es, siempre que comprendamos que Marx, como Hegel y otros muchos, expresa su preocupación por el alma del hombre no en términos teístas sino filosóficos.” (ibid., cap. 6)
La primera premisa de Fromm es la distinción entre necesidades verdaderas y sintéticas. Pero esta oposición no existe en Marx. Marx no distingue dos tipos de necesidades, sino dos formas de objetivar las necesidades: la coherentemente humana y la alienada. El dinero, por ejemplo, es para él la “verdadera necesidad producida por la Economía Política y la única necesidad que ella produce” (Manuscritos del 44). En este caso podemos hablar de necesidad “sintética”, obviamente; pero también son “sintéticas” o “artificialmente producidas” todas las necesidades concretas, porque en tanto son necesidades humanas y no animales involucran siempre una forma concreta, un objeto, que no está determinado meramente de forma instintiva, sino social, y que, por lo tanto, es a la vez un producto de la creatividad social y personal:
“La formación de los cinco sentidos es un trabajo de toda la historia universal hasta nuestros días. El sentido que es presa de la grosera necesidad práctica tiene sólo un sentido limitado. Para el hombre que muere de hambre no existe la forma humana de la comida, sino únicamente su existencia abstracta de comida; ésta bien podría presentarse en su forma más grosera, y sería imposible decir entonces en qué se distingue esta actividad para alimentarse de la actividad animal para alimentarse.”
“El productor se aviene a los más abyectos caprichos del hombre, hace de celestina entre él y su necesidad, le despierta apetitos morbosos y acecha toda debilidad para exigirle después la propina por estos buenos oficios.
Esta alienación se muestra parcialmente al producir el refinamiento de las necesidades y de sus medios de una parte, mientras produce bestial salvajismo, plena, brutal y abstracta simplicidad de las necesidades de la otra; o mejor, simplemente se hace renacer en un sentido opuesto.”
La distinción entre lo natural y lo artificial, por consiguiente, puede aplicarse a la naturaleza prehumana, pero no a la humana. La distinción de Fromm entre necesidades verdaderamente humanas y sintéticas no es válida desde un punto de vista marxiano. Lo que desde esta perspectiva puede distinguirse son las necesidades individuales y las instrumentales -como la necesidad de dinero o, a escala de toda la sociedad, la necesidad de que existan las relaciones alienantes y sus formas correspondientes.8 Con todo, en este caso hay que tener bien en mente que, para Marx, el individuo es un ser social y sus necesidades, por consiguiente, adoptan formas sociales e incluso cuando asumen formas perversas (antisociales, brutalmente deshumanizadas, etc.) no dejan de serlo; al contrario, para Marx estos fenómenos producidos por la autoalienación humana son una expresión coherente del carácter alienante extremo y total de la sociedad capitalista.
Habiendo aclarado esto, podemos afirmar que la “visión de la naturaleza del hombre y de las verdaderas necesidades humanas enraízadas en la naturaleza”, “aquellas cuya satisfacción es necesaria para la realización de su esencia como ser humano”, es una creación arbitraria del pensamiento de Fromm. La esencia humana, para Marx, no es separable de su forma histórica, aunque sólo sea porque nuestro conocimiento está determinado también históricamente: primero, por el modo de ser humano en la sociedad histórica; segundo, por cómo ello condiciona nuestra manera de pensar lo humano, y tercero por el estadio histórico general del desarrollo del conocimiento acerca de la naturaleza humana -conocimiento cuyos límites afectan particularmente al problema de distinguir cuáles determinaciones de la naturaleza humana general son de origen biológico y cuáles de origen histórico, psico-socialmente producidas.
Si no es posible distinguir ahistóricamente entre necesidades verdaderas y falsas, obviamente tampoco es posible cuestionar la alienación humana independientemente del cuestionamiento de su forma social práctica. Puede cuestionarse el autoengaño del individuo acerca de sus propias necesidades, algo común en la terapia psicológica, de modo que estas necesidades encuentren expresión coherente y satisfactoria en la medida que sea posible dentro de las formas creadas por la sociedad existente. Pero estos procedimientos “terapéuticos” no suponen suprimir la vida o su psicología alienadas del individuo, sólo suprimen una forma inconsistente de la autoalienación y estimulan las condiciones para que sea reemplazada por otra más consistente y, por lo tanto, más satisfactoria psíquica y socialmente, pero también más resistente al cambio.
Lo que subyace al punto de vista de Fromm es una concepción naturalista de la autoalienación, según la cual lo verdaderamente humano es lo contrario de lo alienado. Pero como decía Marx, citado por el propio Fromm, la libertad es una cualidad intrínseca del hombre y se manifiesta en todo su comportamiento. La autoalienación es una capacidad que se origina en la libertad del individuo humano, aunque sea en una libertad no autoconsciente y, por lo tanto, que puede enredarse, y se enreda inevitablemente por algún tiempo, en formas incoherentes que impiden el desarrollo libre de las cualidades del individuo involucradas en la actividad. El socialismo, para Marx, supone liberar de las formas limitadas actuales las cualidades humanas, permitir su desarrollo libre ulterior; pero las necesidades a las que el socialismo responde no son esencialmente distintas de las necesidades del individuo actual; serán sencillamente más amplias y más diversas, más ricas. En todo caso, el socialismo involucrará cambios en todas las formas de objetivación de las necesidades y, por supuesto, eliminará las necesidades instrumentales inherentes al capitalismo y pondrá otras en su lugar, como por ejemplo la necesidad de una participación general en los asuntos sociales.
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1 Filosofía, política y socialismo; en: Filozofija i Marksizam, 1967. Traducción al castellano de Eduardo Subirats, 1970, como Marxismo contra stalinismo, Seix-Barral. El autor era miembro del grupo “Escuela de la Praxis” en la antigua Yugoslavia. http://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_la_praxis.
* Esto merece una nota crítica. No nos es posible saber si esta asociación del latín socius con “camarada” es un resultado de la traducción o si ha sido decidida conscienemente por el autor; pero socius significa “compañero, socio, asociado” y tiene el sentido de relación entre individuos en la que hay una puesta en común, mientras que “camarada” se refiere específicamente a alguien con quien se convive en una misma habitación o “cámara” (originalmente, habitación abovedada). Por lo tanto, socius pone el acento en la relación de cooperación para las necesidades comunes, mientras que camarada lo coloca en la coexistencia sobre la base de la igualdad.
2 El capital, t. III, p. 759.
3 Citado por R. Dunayevskaya, Marxism and Freedom, 1958.
4 Que en la realidad esto no ocurriera tal y como lo pensaba Marx, se explica por la inmadurez de las condiciones históricas que, después de 1848, no volvieron en general a estimular el desarrollo del comunismo, sino que en realidad estimularon el desarrollo del reformismo social; aunque, al mismo tiempo, las nuevas condiciones mantuvieron vivas las esperanzas de los revolucionarios radicales, debido a que el ascenso del reformismo iba acompañado de un desarrollo extensivo de las nuevas formas organizadas de la lucha proletaria, esto es, los sindicatos y partidos políticos modernos, y asimilaba en gran parte las enseñanzas de la época anterior. Que este desarrollo fuese caracterizable como alienado era difícil de ver para quienes estaban inmersos en él y luchaban en sentido contrario; solamente a posteriori puede decirse que lo fue, una vez se demostró que la tendencia espontánea del desarrollo autoalienado era más fuerte y contradecía las expectativas de los revolucionarios.
5 Cuasi-identidad, porque Fromm habla de una naturaleza humana universal como base del socialismo que es una creación histórica determinada. El socialismo de Marx no parte de ahí, sino de una naturaleza humana históricamente determinada y que existe socialmente en la figura del proletariado. Es sobre esta historicidad, resultante de la creatividad de la praxis humana, que Marx funda su síntesis entre comunismo, humanismo y naturalismo, la reconciliación de la comunidad, el individuo y la naturaleza.
6 MEGA I. 1 a, p. 184.
7 Cf. E. Fromm, Ética y psicoanálisis.
8 En resumen, la necesidad de que la producción se lleve a cabo según la modalidad capitalista y sus formas procesuales.

domingo, 12 de septiembre de 2010

ENTREVISTA AL ABOGADO JULIO CORTÉS: REFLEXIONES Y ADVERTENCIAS EN TORNO AL MONTAJE

 







(x Grupo Anarquista El Surco)
Julio Cortés, abogado.
Colaborador del Pikete Jurídico y la Defensoría Popular. En el “caso bombas” asume la defensa de Felipe Guerra, Carlos Riveros y Diego Morales. 

Ante el actual escenario que viven 14 compañeros, algunos recluidos y otros en la calle con medidas cautelares ¿podrías indicarnos que significa en términos legales estar procesado por “asociación ilícita terrorista”?

Es una clara decisión política por parte del poder: se podría investigar y sancionar estos hechos como delitos comunes o “normales” (daños, ley de control de armas y explosivos…) pero al invocar la Ley de Conductas Terroristas se echa mano del mayor nivel de represión que las legalidad vigente permite: las penas suben drásticamente, varias garantías procesales se suprimen o debilitan, y además se genera un tremendo efecto de estigmatización, tanto de los acusados como de todo el “ambiente” libertario.
Lo siniestro de la maniobra no se agota en esto: al señalar que existe una “asociación ilícita terrorista” (A.I.T., vaya coincidencia), es posible ir arrimando más personas a este engendro sin necesidad de que tengan que ver con la colocación de bombas. Según el Código Penal (artículo 292 y siguientes) las asociaciones ilícitas constituyen un delito “por el sólo hecho de organizarse”. Así, si bien se han cuidado de señalar que no se trata de perseguir ideas, en la práctica cualquiera que suscriba puntos de vista anti-autoritarios y no se limite a reflexionar sobre ello está bajo sospecha.

Según los argumentos de la defensa de los compañeros ¿por qué no corresponde aplicar esta ley a personas que se autodenominan anarquistas y/o antiautoritarios? 


Es notable como desde la prensa oficial y los voceros del Gobierno/Estado han dicho distintas cosas: hasta hace unos pocos meses se trataba de “lumpen inorgánico autodenominado anarquista”, y ahora resulta que todos se creen el cuento de la fiscalía: “centros de poder”, organización jerárquica, financiamiento del extranjero, etc. La cuestión es clara: una asociación ilícita es un especie de “mini-estado” que se constituye con la finalidad de cometer crímenes. Tiene jefes y soldados, disciplina, jerarquía, mandos verticales, buena provisión de fondos y logística…En resumen, todo lo opuesto a la manera en que los libertarios viven, piensan, actúan y se organizan.
Para hacer tragar al público estas ruedas de carreta y poder decir que aquí estamos frente a una A.I.T., Peña y los suyos dijeron que se trataba de una organización “horizontal”, con una docena de miembros a nivel de base, pero con dos jefes ubicados por encima de ellos, que ejercerían un liderazgo “informal, inclusive democrático” (sic). Es un absurdo tremendo, y desafía toda inteligencia y lógica, pero fue validado en este primer nivel de la criminalización por los tribunales de la República (el 11º de Garantía, y luego la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de San Miguel).

El Ministro del Interior Hinzpeter ha hablado de que “hay que frenar el incipiente terrorismo en Chile”. ¿Es correcto hablar de terrorismo cuando se citan los múltiples atentados explosivos e incendiarios que han afectado a bancos, comisarías, etc.?

Una de las gracias de esta Ley creada por la dictadura y perfeccionada por la democracia es que no define bien el terrorismo, pero en general se entiende que los actos terroristas no son cualquier cosa: En el terrorismo se requiere aterrorizar a la población mediante actos que generan multiplicidad de víctimas inocentes e indiferenciadas. Atocha y las Torres Gemelas fueron actos de terrorismo.

La DINA era una asociación ilícita terrorista. La violencia social difusa y descentralizada es un fenómeno muy diferente, pero el poder no sólo reprime, sino que al hacerlo impone sus lógicas mediante violencia física e ideológica.

¿Cómo calificarías las pruebas presentadas por el Ministerio Público para inculpar a los 14 detenidos en el marco de la “operación Salamandra”?

La impresión general en los defensores era que si eso es lo que tienen, y les ha tomado tantos años de trabajo, es abrumadoramente débil. Y ellos lo saben: por eso es que se basan sobre todo en pericias “científicas” que demostrarían que hay un modus operandi que se repite tras las distintas acciones. Pero es en lo relativo a demostrar que existe esta asociación ilícita y que Pablo y Rodolfo son sus “líderes” donde recurren nada más que a lo que el mismo Peña señala que en estos casos pasa a ser la “reina de las pruebas”: la prueba indiciaria, indirecta. Entonces, estas dos personas son líderes porque según informes de la DIPOLCAR “tienen perfil de líderes” (dado que son mayores que el resto y tienen cierta “formación intelectual”), y aunque en las intercepciones telefónicas no se diga nada de nada en términos de algo que resulte relevante para avalar estas acusaciones tan tremendas, no importa, porque hay que entender que “hablan en clave”, que “se protegen de posibles intercepciones”, etc. Así, al final, da lo mismo lo que se diga o haga, lo que cuenta es la manera en que el poder policial/mediático lo presenta e interpreta, y ahí es donde se puede decir que estos compañeros aparecen condenados de antemano.


Algo importante de señalar es que resulta evidente que lo que el Ministerio Público quiere es trasladar la manera en que exitosamente han reprimido organizaciones de narcos a la lucha contra los anarquistas. Los argumentos y hasta el power point usado en la audiencia del 17 de agosto parecen calcados de lo que han dicho y hecho en famosos procesos como el de los “Carejarro” y los “Carepelota”.

La Fiscalía Sur ha iniciado un proceso para pasar la causa del “Caso Bombas” del 8º Juzgado de Garantía de Santiago, donde hoy se lleva el caso, al 11º Juzgado. Según tu opinión ¿Qué hay detrás de esta solicitud?
En el 8º han tenido problemas, pues algunos jueces han cuestionado algunos de sus procedimientos y solicitudes (por ejemplo, para levantar el secreto bancario de algunas cuentas). Y los tribunales que hasta ahora habían conocido de distintos aspectos del caso eran el 8º y el 7º, que quedan bajo la órbita de la Corte de Apelaciones de Santiago. Los tribunales de la zona sur, y la Corte de San Miguel, son notoriamente más duros que los del resto de la región metropolitana, y en ellos la Fiscalía Sur obtiene en general un alto grado de éxito. Por eso no es casual que hayan buscado la forma de llevar el caso ahí, mediante el expediente de decir que el único bombazo registrado en esa zona (en oficinas de Chilectra, durante octubre del 2007) es -según ellos- el primer hecho realizado por esta asociación ilícita, y por eso es que sería competente este tribunal y no el 8º ni el 7º. Se trata de un criterio más que dudoso, considerando que ellos mismos han señalado que la AIT se constituyó por ahí por el 2005 y que el grueso de los bombazos investigados han ocurrido en el centro y la zona oriente. En todo caso, el tema de la competencia no está resuelto y es lo que se va a discutir en breve, como segunda fase del proceso iniciado con los allanamientos y detenciones del 14 de agosto.

Finalmente, la prensa ya comienza a hablar de nuevos compañeros en la mira del Fiscal Peña. Desde tu posición ¿Cómo evalúas el momento actual? ¿En qué debemos ser particularmente cuidadosos?
Creo que este golpe represivo busca amedrentar y desmoralizar al conjunto de los anti-autoritarios. En la práctica, implica la criminalización de la solidaridad, de la amistad con los imputados y/o prófugos, la estigmatización de ciertos espacios y textos, prácticas y discursos, no porque sean “ilícitos” en sí mismos sino porque son susceptibles de ser relacionados con esta alucinante e inclasificable “asociación ilícita”. En este contexto, no creo que los agentes represivos del Estado/Capital se hayan quedado tranquilos. Son hartas personas trabajando a tiempo completo en dar respuestas al Gobierno, los medios y su público, por lo cual creo que podemos dar por hecho que, aunque se concentren por ahora en los 14 del 14, la lista de sospechosos y posibles perseguidos puede ir aumentando. Frente a eso, hay que saber buscar un punto intermedio entre no “regalarse” ni ponerse paranoide, cuidando los movimientos y sobre todo el uso de las comunicaciones (porque cualquier cosa puede ser usada en tu contra dentro de este esquema de persecución delirante, y los niveles de sapeo que permite la “tecno-represión” son abismantes). Como dijo Baltasar Gracián en el siglo XVII, “fácil es de matar al vuelo el ave que le tiene seguido, no así la que le tuerce”. Pero por sobre todo, hay que romper el aislamiento en que se quiere dejar a los presos, profundizar e incrementar las acciones y gestos concretos de solidaridad