sábado, 21 de junio de 2014

Concepto de trabajo ¿Trabajo asalariado = alienación?

En la sociedad capitalista, el trabajo es la causa de toda degeneración intelectual, de toda deformación orgánica. Comparen, por ejemplo, el pura sangre de las caballerizas de Rothschild, atendido por una turba de lacayos bimanos, con la tosca bestia de los arrendamientos normandos, que trabaja la tierra, recoge el estiércol y cosecha. Observen al noble salvaje que los misioneros del comercio y los comerciantes de la religión no corrompieron todavía con el cristianismo, la sífilis y el dogma del trabajo, y observen luego a nuestros miserables sirvientes de máquinas... 

... Y sin embargo, el proletariado, la gran clase que abarca a todos los productores de las naciones civilizadas, la clase que, al emanciparse, emancipará a la humanidad del trabajo servil y hará del animal humano un ser libre; el proletariado, traicionando sus instintos y olvidando su misión histórica, se dejó pervertir por el dogma del trabajo. Rudo y terrible fue su castigo. Todas las miserias individuales y sociales nacieron de su pasión por el trabajo. (Lafargue, El derecho a la pereza)


Alienación: Alienarse significa convertirse en otro, convertirse en un extraño a si mismo.
La noción de alienación ha sido desarrollada por Marx en su doctrina. Según él, la escencia de la humanidad es la sabiduría, la voluntad, la justicia y el amor. Pero aunque estas cualidades sean inherentes a la humanidad, esta no tiene aún conciencia de ello. De ahí la necesidad que tiene la humanidad de proyectar fuera de sí su propia esencia, transfriendola a un ser superior que llama Dios, y de esta forma es como el hombre y la mujer se vacía?? en provecho de su Dios. El hombre y la mujer se niegan a si mismos. Se alienan por medio de la religión. 
Además de esta alienación religiosa existe, según Marx, la alienación política, en la que el hombre y la mujer le conceden al Estado, como antes a Dios, todas las prerrogativas que pertenecen a la sociedad, divinizando al Estado en contra de si mismo.
Pero por encima de estas existe la alienación económica. La propiedad privada convierte las cosas, el  producto del trabajo de los hombres y mujeres  en dinero que les hace extraño y acaba dominándolos y convirtiéndose en objeto de general veneración.
Y no sólo es el dinero el que acaba dominando a la especie humana, sino las cosas que los propios obreros fabrican y escapan a su control, volviéndose contra ellos, pues la utilización de la técnica no está en manos de quienes la elaboran. (Diccionario del Militante Obrero, MIL-GAC.)

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