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El MIL es un grupo prácticamente desconocido. Cuando es evocado, lo es siempre en términos simplistas y rodeado del mito. Este mito, que le ha sido creado a su pesar tanto por la izquierda como por la historiografía y el periodismo oficiales, se alimenta de las acciones armadas del grupo y especialmente del asesinato de uno de sus miembros, Salvador Puig Antich, por el estado burgués en marzo de 1974 mediante el “garrote vil”. Pero esta mitificación esconde, evidentemente, lo que es más interesante del MIL: las motivaciones de sus acciones, sus aportaciones a la lucha de clases a principios de los 70, su discurso político.
Este artículo no pretende ser más que una presentación general de su teoría y su práctica, con la esperanza de contribuir a rescatar al MIL tanto del olvido como de su caricaturización.
Intentar recuperar la verdadera historia de lo que fue el Movimiento Ibérico de Liberación-Grupos Autónomos de Combate (MILGAC), es mucho más que hacer una crónica detallada de sus acciones de expropiación y de la detención, proceso y asesinato de Salvador Puig Antich. Es mostrar por qué y cómo se formó este grupo, qué propuesta política defendía y la alternativa revolucionaria que ofrecía. Haciéndolo así, se descubre que el MIL no era un grupo anarquista o incluso terrorista de lucha armada, con un mártir recuperado por el sistema, sino un grupo con una propuesta nítidamente diferenciada de la oposición antifranquista, totalmente original en el panorama español de la época, con fuertes raíces teóricas en corrientes revolucionarias de matriz marxista anti-leninista y que se consideraba a sí mismo no como otro grupo político más de la extrema izquierda, sino como un grupo de apoyo al movimiento obrero del momento.
De esta manera, hablar del MIL-GAC exige hablar, sobre todo, de su itinerario político: sólo así se puede descubrir qué había detrás de este grupo de revolucionarios que han pasado de ser considerados, durante el franquismo, como “gángsters”, a convertirse después, simplemente, en “alocados utópicos” o, en el mejor de los casos, en “luchadores antifranquistas”. Para ello, hace falta comenzar a desmontar los mitos.
Estos mitos empezaron a fabricarse pronto, dado que el tema del MIL ha interesado desde la feroz represión que se abatió en septiembre de 1973 sobre sus componentes, muchas publicaciones han abordado aquello. Desgraciadamente, la gran mayoría de una manera doblemente falseadora: primero, por ocuparse no del MIL sino prioritariamente de uno de sus componentes individuales, Puig Antich; segundo, porque el tratamiento dado a estos trabajos se ha centrado sobre todo en los aspectos más despolitizados del tema, buscando el aspecto más sensible (o más morboso) de la cuestión. Como resultado, sabemos hoy mucho sobre las doce últimas horas de Salvador Puig Antich, algo sobre las expropiaciones del MIL, y casi nada sobre la auto-organización de la clase y los grupos de apoyo.
El MIL no fue la invención más o menos exótica de un grupo de jóvenes, ya que sus orígenes están íntimamente ligados con la aparición, en la Barcelona de finales de los años 60, de un movimiento obrero que está rompiendo con las organizaciones de la izquierda e iniciando una marcha hacia la configuración de una autonomía obrera, mediante una tendencia surgida en las Comisiones Obreras C.C.O.O.
Resumiendo mucho todo el proceso, se puede considerar 1970 como el año clave en el itinerario que llevará a la constitución del MIL, que se forma “oficialmente” en Enero de 1971. El grupo se crea básicamente a instancias de Oriol Solé Sugranyes; este revolucionario, ex-militante del PSUC y después del PCE(i), rompe con el stalinismo y evoluciona hacia la autonomía obrera.
Exiliado en Toulouse, consigue unir dos núcleos de personas en torno a un proyecto consistente en la creación de grupos de acción que apoyen las luchas de la clase obrera: por un lado, jóvenes tolosanos provenientes de medios libertarios y dispuestos a pasar a la acción (entre ellos, Jean-Marc Rouillan), y por el otro, en Barcelona, otros jóvenes provenientes de un grupo marxista heterodoxo, Acción Comunista.
Rescatando ideas desde el consejismo, el bordiguismo, el situacionismo y el anarquismo se configura el MIL criticando y combatiendo la acción de los sindicatos y las vanguardias leninistas.
La intervención del MIL para “apoyar” las luchas del movimiento obrero se hará básicamente con dos proyectos paralelos. El primer proyecto son las acciones armadas –teorizadas como “agitación armada”, en contraposición a la “lucha armada”-, que tienen un triple sentido: 1) luchar contra la represión, 2) auto-financiarse y, si se puede, financiar las luchas de la clase, y finalmente, 3) mostrar al movimiento obrero que el nivel de violencia que se puede ejercer contra el estado burgués es más grande de lo que es percibido subjetivamente por los trabajadores.
El segundo proyecto es la difusión masiva de literatura revolucionaria anticapitalista –básicamente marxista- en el proyecto llamado “biblioteca socialista” y que tomará cuerpo finalmente con la creación de unas ediciones más adelante, en 1973, llamadas significativamente “Ediciones Mayo 37”, reivindicando la última insurrección proletaria en la guerra civil española. Hacia la segunda mitad de 1972, el MIL decide pasar seriamente a la acción, firmando sus acciones como MIL-GAC (Movimiento Ibérico de Liberación-Grupos Autónomos de Combate). A pesar de que Oriol Solé está en estos momentos en la cárcel en Francia, el grupo crece (entra en esta época, entre otros, Puig Antich) y las acciones armadas –básicamente atracos a bancos y también “recuperaciones de material” (material de impresión, documentación…)- se disparan, posibilitando el fortalecimiento de la infraestructura, además de contactos con otros grupos en diversos lugares y el cercano paso al establecimiento de las ediciones, una vez robada una imprenta en Toulouse, operación que hizo falta hacer dos veces.
Tras un acuerdo se autodisuelve el MIL para facilitar las actuaciones separadas de la agitación armada y las ediciones de libros, haciendo una critica a las dinámicas de la organización formal. Apenas un mes de autodisuelto el grupo Salvador Puig, Oriol Solé y José Luis Pons son detenidos. Posteriormente se crean los GARI (Grupos de Accion Revolucionaria Internacionalista) dedicados a la solidaridad internacional con los compañeros encarcelados.
El 2 de marzo de 1974 Salvador Puig Antich es ejecutado mediante el garrote vil en España, Oriol Solé muere tras fugarse de la cárcel de Segovia y José Luis Pons Llobet fue condenado a casi sesenta años de prisión.
Hemos usado una sola parte; Ya que es un buen resumen de lo que fue el MIL-GAC, además aprovechamos de recordar el Mayo del 37 y sus discípulos directos.
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