Las revueltas llamadas ‘ciudadanas’ por la socialdemocracia
–siempre deseosa de contener la ira proletaria
y encausarla por los márgenes de la institucionalidad del
capital- se repiten en diferentes partes de Chile y el mundo.
Ya lo sabemos. Basta echar un vistazo a los medios de
comunicación, incluso de los burgueses (casi todos), que
no pueden omitir las informaciones cuando el humo de las
barricadas amenaza con quemar los pelos de sus narices.
Sin embargo, no soy de lo que ven en cada movilización
social un componente proto-revolucionario que
fustigue al capital/estado en sus cimientos. No. Aunque
tampoco considero una estupidez sin horizonte que los movimientos
sociales no tengan un carácter revolucionario. En
el caso de Tocopilla, es fruto de décadas de postergación
estatal y del centralismo gubernamental, y de los efectos
devastadores sobre el entorno y la calidad de vida de los
explotados de las empresas que generan la energía para la
acumulación capitalista. No obstante, eso es mucho –todos
los tocopillanos concuerdan- tras años de letargo y amarga
resignación ante los abusos y el olvido, y una efectiva labor
de terror ejercida por la dictadura de Pinochet, en una zona
de influencia histórica del partido (mal) llamado comunista.
A meses de las elecciones presidenciales, el Gobierno
de Piñera no aguantaba otra revuelta tipo Aysén. Por eso el
hambre de los grandes medios ante los sucesos, y por eso,
la relativa celeridad con que las llamadas ‘autoridades de
Gobierno’ se apersonaron en la zona.
Algo del Contexto
Barricada
Organizacion
Proyecciones
Bajar en: http://hommodolars.org/web/IMG/pdf/tocopilla_x_cris_corn.pdf
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