sábado, 12 de junio de 2010

Errico Malatesta: un incansable propagador de las ideas libertarias

(por Espartaco Gatti)

Aparecido en: Solidaridad periódico clasista y libertario . Pagina 3

Descargar en: http://www.scribd.com/doc/32875811/solidaridad-n°1

El compañero de origen italiano Errico Malatesta (1853-1932), es una de las figuras más importantes del movimiento anarquista internacional de todos los tiempos. Fue militante de la sección italiana de la I internacional de los Trabajadores y partidario de la creación de organizaciones compuestas específicamente por anarquistas, que agitasen las propuestas libertarias dentro de las masas laboriosas de las cuales ellos mismos formaban parte. Participó en la redacción de varios periódicos, entre los cuales destacan: L’Associazione (1889), L’Agitazione (1897), L’Internazionale (1901), La Rivoluzione Sociale (1902), Volontà (1913), Umanità Nova (1920), Pensiero e Volontà (1924).

A continuación reproducimos un extracto de su artículo titulado “La organización”, aparecido en L’ Agitazione del 18 de junio de 1897:

“Favorecer las organizaciones populares de todas clases es consecuencia lógica de nuestras ideas fundamentales, y debería por lo tanto formar parte de nuestro programa (…) nosotros los anarquistas no podemos emancipar al pueblo; queremos que el pueblo se emancipe. No creemos en el bien que viene de lo alto y se impone por la fuerza; queremos que el nuevo modo de vida social surja de las vísceras del pueblo y corresponda al grado de desarrollo alcanzado por los hombres y pueda progresar a medida que estos progresan. A nosotros nos importa, por lo tanto, que todos los intereses y todas las opiniones encuentren en una organización consciente la posibilidad de hacerse valer y de influir sobre la vida colectiva en proporción a su importancia.

Nosotros nos hemos fijado la tarea de luchar contra la actual organización social y de abatir los obstáculos que se opongan al advenimiento de una nueva sociedad en la cual estén asegurados la libertad y el bienestar para todos. Para conseguir este fin nos unimos en un partido y tratamos de ser cada vez más numerosos y lo más fuertes que sea posible. Pero, si lo único organizado fuera nuestro partido, si los trabajadores permanecieran aislados como otras tantas unidades indiferentes entre sí y sólo vinculados por la cadena común, si nosotros mismos, aparte de estar organizados en un partido en tanto somos anarquistas, no lo estuviésemos con los trabajadores en tanto somos trabajadores, no podríamos lograr nada, o, en el más favorable de los casos, solo podríamos imponernos… y entonces ya no sería el triunfo del anarquismo, sino nuestro triunfo. Entonces, por más que nos llamáramos anarquistas, en realidad sólo seríamos simples gobernantes, y resultaríamos impotentes para el bien, como lo son todos los gobernantes”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario