DISPONIBLE: http://www.mil-gac.info/spip.php?page=article_es&id_article=147
jueves, 24 de junio de 2010
Anarquismo y Marxismo bésense y superen sus diferencias!! … "La revolución hasta el fin" x MIL- GAC (una lectura necesaria en tiempos dispersos)
DISPONIBLE: http://www.mil-gac.info/spip.php?page=article_es&id_article=147
miércoles, 23 de junio de 2010
Persecución a las ferias libertarias
Feria Propagación; Junio 2010
sábado, 19 de junio de 2010
La represión que vendr(í)a
INTRO: http://punkfreejazzdub.blogspot.com/
Hasta ahora el texto más significativo es el que apareció el 16 en La Tercera: http://latercera.com/contenido/680_268511_9.shtml
El efectismo persecutor de Peña, el enano maldito que se ha destacado como perro de caza favorito del espectáculo local, y los aullidos de la prensa burguesa hacen temer lo que ya se ha vuelto habitual: una nueva embestida contra quienes aparecen como más consecuentes en su práctica anti-autoritaria. Sabemos como terminan estos casos hasta ahora: ante la falta de evidencias decentes, la Fiscalía prefiere aplicar largos meses de prisión preventiva y luego condenas cortas o remisiones condicionales en juicios abreviados que los compañeros se ven obligados a aceptar con tal de salir de las mazmorras y ante la incertidumbre de lo que pasaría después en un juicio oral. Y sabemos que la única arma con que se cuenta en esos momentos es la solidaridad activa mediante todo tipo de acciones. En la desesperación represiva del Estado, los actos que ellos llaman "ejemplarizadores" están a la orden del día y no puede extrañarnos ninguno de los excesos a que lleguen en su campaña por dar asegurar la tranquilidad del funcionamiento normal de la sociedad productora de alienación y mercancías.
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enviado por Centro Social Autónomo y Biblioteca Libertaria Jonny Cariqueo
http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article3287
La prensa comenzó su espectáculo, su objetivo es claro, preparar el terreno para el accionar represivo que posiblemente se avecina. Legitimar ante la opinión pública todos los recursos y las futuras detenciones que vendrían por el caso “bombas”.
Al no encontrar aún a los “culpables”, su frustración recaería en los Espacios abiertos, en donde se propagan las ideas contra la explotación y la autoridad, se inventarán pruebas y se hará lo posible por encarcelar a los/las compañeros/as que le dan vida (participando o viviendo) a estos.
De esta manera, queda demostrado que lo que se persigue son las ideas de insumisión y de revuelta, se tiene que mostrar a la sociedad que revelarse contra esta cotidianidad de alienación tiene un costo muy alto, cuestión que muchos/as compañeros/as han debido soportar en carne propia, siendo sometidos a extenuantes jornadas de encierro mientras duran las investigaciones que aún no han podido encuadrar en una legislación suficiente como para acusarlos, no por una acción particular, sino por encajar en el perfil de los/as eternos/as porfiados/as, esos/as que pese a todo este aparataje siguen dando cara a todo lo que les indigna de la sociedad en que vivimos.
El Centro Social Autónomo y Biblioteca Libertaria Jonny Cariqueo es nombrado como el lugar donde vivía Diego Ríos, pieza clave dentro de la investigación y supuestamente buscado en Argentina. Es importante para nosotros/as recalcar que efectivamente nuestro compañero compartió con nosotros/as en este espacio. Sin embargo, sus prácticas fueron mucho más que ser un supuesto proveedor de Pólvora Negra, pues él asumió una lucha que tiene múltiples frentes de acción, una lucha que se manifiesta por ejemplo, al abrir este espacio con el objetivo de propagar ideas-prácticas antiautoritarias al resto de la población, negando toda dependencia de alguna institución del poder, donde queda demostrado que se puede ser autónomo sin necesidad de recurrir a municipios ni instituciones.
Múltiples formas, todas igual de importantes a la hora de hacer tambalear la normalidad impuesta; a su vez este espacio no se reduce solamente a la cercanía con su persona, sino que se compone de varias individualidades que se proponen, negar toda autoridad e intentando generar otro tipo de relaciones que superen la mercancía y la competencia que nos imponen, poniendo por encima los valores anarquistas como el apoyo mutuo, la horizontalidad y la solidaridad.
Otra arista dentro del contexto mediático son los fallos que ha emitido la justicia en contra de nuestro espacio y probablemente lo hará en contra de otros espacios, en especial queremos hacer mención a la negación que la Corte de Apelaciones (sexta sala), hizo al recurso de protección que interpusimos en contra de canal 13, tras la vinculación que Insinuaron entre nuestra casa como “centro de operaciones” en el contexto del bullado “caso bombas” el pasado 3 de septiembre de 2009, en donde su argumento de derecho, es que nuestro posicionamiento de guerra contra el poder, “SIGNIFICABAN HECHOS CLARAMENTE ANTIJURIDICOS QUE DESLEGITIMA TODO ACCIONAR PROTECTOR QUE LA CONSTITUCIÓN POLITICA CONTEMPLA PARA MANTENER LA PAZ QUE HOY GOZA LA REPUBLICA”. también mencionaron que el compañero Mauricio Morales vivía en nuestro hogar , utilizado esto como un argumento mas para fallar en nuestra contra; Esta situación es muy preocupante, ya que indica cual podría ser la tendencia de tribunales a la hora de decidir ante cualquier detención o montajes de los asquerosos policías, en contra de cualquier gesto de rebeldía. La indiferencia social es su mejor arma ante estas múltiples contradicciones que este sistema de dominación tiene.
Sabemos que el contexto mediático y represivo es agudo, el hostigamiento policial con sus tecnologías es notorio, sabemos que si no llegan a recopilar datos que colaboren a inculpar a compañeros/as, se encargarán de construir pruebas falsas, algo que no nos sorprende, pero no por eso no nos deja de preocupar. La prensa construye la tan bullada opinión pública para legitimar los asaltos a nuestros hogares y los actos represivos que al farandulero fiscal Peña se le puedan imaginar.
Ante esto nuestro llamado es a solidarizar con los espacios, con los/as compañeros/as que hoy y que mañana podrían estar tras las rejas; a ser consecuentes con nuestra postura de guerra y de rebelión contra lo existente.
Acá se persigue la postura de transgresión y esta lucha necesita gestos solidarios entre quienes optamos por no agachar la cabeza. Los lazos, creemos, no deben estar guiados por estructuras o plataformas oportunistas, sino por el interés en doblegar los esfuerzos del enemigo. Nunca olvidemos que si tocan a uno/a nos tocan a todos/as.
La solidaridad es un arma de múltiples matices, somos libres de empuñarla como deseemos. No caeremos en su juego, seguiremos Firmes dando vida a los espacios en donde se construyen relaciones alejadas de toda jerarquía y autoridad.
¡Por la proliferación de los espacios donde se difundan ideas anti-autoritarias!
“CONTRA EL ESPECTÁCULO DE LA PRENSA, SEGUIREMOS PROPAGANDO NUESTRAS IDEAS DE LIBERTAD”
Ante la nueva campaña mediatica policial y el inminente golpe represivo
Centro Social Okupado y Biblioteca Sacco y Vanzetti
Sábado 19 de junio de 2010
http://okupasaccoyvanzetti.blogspot.com/2010/06/ante-la-nueva-campana-mediatica.html
La obra denominada “caso bombas”, entró esta semana en un nuevo acto. Uno de sus papeles principales, el de fiscal con dedicación exclusiva, ha sufrido un cambio de actores: salió Xavier Armendáriz, y llegó Alejandro Peña. Este cambio encuentra su origen en las presiones vociferadas por el ejecutivo, ante los nulos resultados obtenidos en una investigación que lleva ya 4 años.
El cambio de fiscales generó instantáneamente un revuelo mediático, inundando páginas de diarios con supuestas filtraciones policíacas, dando cuenta del número de sospechosos, casas donde encontrarlos, tendencias musicales que adoptan y un sinnúmero de reconocibles características. Tras la lectura de la prensa, podemos reconocer claramente las personas que serán detenidas en cuestión de horas, en función de lo meticulosas de las descripciones, en una clara aberración de inteligencia policial.
Las insinuaciones mediáticas que pretenden engullirnos motivan estas líneas, es necesario reflexionar sobre lo que se viene, la inminente razzia represiva, en manos ahora de un nuevo actor. Nuestro interés no es generar un clima de histeria y desbande, si no más bien llamar a la alerta, evitando así la sorpresa de los golpes.
El papel de la prensa es claro y grosero a la vez, están generando el escenario propicio para nuestra detención. Hace meses construyeron el perfil de la sujeto a neutralizar, hoy en cambio ya van entregando particularidades de personas y espacios concretos, normalizando con esto la jugada político-policial que se avecina.
Este escrito busca reflexionar sobre el cambio en el contexto represivo y desmenuzar sus vaguedades a fin de estar preparados para los próximos acontecimientos. Ante el cambio de fiscal resulta evidente lo que acontecerá: Detenciones, casas allanadas, juicios, declaraciones pomposas de las autoridades y compañerxs en prisión.
Alejandro Peña, amante de los chalecos antibalas, las cámaras y los cascos de guerra a la hora de participar en operativos, descrito por sus propios jefes como “Un fanático de patear puertas” preparará sin lugar a dudas un operativo dantesco, digno de alguna buena película de ficción, buena en efectos, pero pésima y aburrida en la construcción del guión. Ya todos saben el final, pues ellos mismo lo han filtrado hasta el hartazgo.
La prensa habla ahora de “Lideres anarquistas” a detener, buscando afanosamente la tan ansiada construcción del agravante de una Asociación Ilícita. Ante esto seremos categóricos una vez más: como Antiautoritarixs despreciamos la autoridad en todas sus formas, ya sea de verde, azul, rojo o negro.
Nuestras formas organizativas son autónomas y horizontales, negando en la práctica y la teoría el surgimiento de líderes o dirigentes. Nadie dirige ni guía nuestros pasos, nuestros aciertos o desaciertos. Es absolutamente inviable una asociación ilícita antiautoritaria, este delirio investigativo solo evidencia la desesperación y el deseo de sepultar con años de prisión a cualquiera que presente objeciones con el mundo que han edificado a medida de los poderosxs.
Pero en definitiva todo este barullo mediático, con tesis más o menos exaltadas, devela las reales motivaciones de este juicio y su larga investigación. Este no es un juicio penal o criminal, es groseramente un juicio político, a nuestras posiciones de vida, a nuestros valores.
Si hoy el poder nos golpea con el arsenal legal y represivo típico de la democracia, no se debe a nuestra participación material en algún hecho emprendido en medio de la noche, con la complicidad de las sombras. Si hoy nos atacan es porque reconocen en nosotros y en muchxs compañerxs más, posiciones de negación a los valores fundamentales del mundo capitalista: la autoridad y el Estado.
El crimen que pueden probar y del que nos responsabilizamos es el de despreciar a la autoridad y de esa acusación nos consideramos orgullosamente culpables y reincidentes hasta nuestro último suspiro. La nefasta maquinaria jurídica-mediática aspira y desea nuestra derrota, aspira a que nos convirtamos de pronto en arrepentidos y sumisos con la ideología del capital. Pese a ello seguiremos despreciando las lógicas del poder allí donde éstas se encuentren, develando la mecánica de la autoridad mediante el ejercicio de la difusión de las ideas antiautoritarias y la solidaridad como práctica cotidiana.
Nuestros esfuerzos han apuntado a levantar un espacio que lleva ya 8 años, con actividades calendarizadas y ampliamente difundidas. Nuestras posiciones frente a la vida las hemos difundido por diversos canales, no es un secreto ni para nuestrxs compañerxs, ni para nuestrxs vecinxs, ni mucho menos para quienes nos siguen hace años, quienes nos escuchan, fisgonean, fotografían o filman.
Si saben lo que pensamos, defendemos o rechazamos no es por la pericia de su investigación, ni por los fondos que mendigan al ejecutivo, lo saben porque nosotrxs lo hemos dicho en cientos de oportunidades, hemos sido clarxs en lo que aspiramos y anhelamos vivir: la libertad plena.
Para saber lo que decimos y pensamos solo basta con leer nuestros escritos o venir a nuestras actividades como tantas veces lo han hecho agentes de civil, esa es la debilidad y la fortaleza de un espacio abierto.
Hace 7 meses nuestra casa fue allanada, desde hace 7 meses tenemos la obligación de firmar en la fiscalía por resistirnos a la humillación por parte de un grupo de asalto, hace mucho más de dos años que los controles de identidad se nos hicieron habituales, llegando incluso a 10 en una misma semana….entonces, ¿Cuáles son los argumentos para acusarnos?, ¿dónde encuentra asidero la afirmación periodística sobre nuestro supuesto actuar clandestino u oculto?, ¿es creíble ahora, a esta altura y tras tanto control, seguimiento, interceptación y allanamiento, que ya se disponen las pruebas que nos ligarían a algún atentado?.
Hacemos un llamado al análisis coherente, que borre de un plumazo toda imbecilidad. No se nos apunta en función de pruebas más o menos creíbles, se nos apunta, persigue, hostiga, allana en función de lo que pensamos, de los compañeros que defendemos, de las causas con las que solidarizamos y del silencio que no aceptamos tener ante la partida de nuestro hermano Mauricio Morales.
Aquí está develado y claro el origen de nuestra investigación por conducta terrorista. Asistimos a una película con un manoseado guión, en donde la policía de la mano del nuevo fiscal, muestran con claridad sus próximos pasos ante la indiferencia mundialera, las detenciones muy probablemente serán grabadas para algún programa de docu-Reallity policial. El absurdo y el sensacionalismo sellaran así la jugada represiva.
Ante la imposibilidad de inviabilidad de encontrar autores materiales, rellenan listas con sujetos independientes de su participación real en alguna acción. La inoperancia y la necesidad de detenciones van dictando los pasos represivos del actual contexto, somos por ello el blanco perfecto, lo tenemos claro, la construcción de los personajes ya tiene nombre y apellido. Las caras visibles recibirán la ola de represión que busca detener el avance de las posiciones de ofensiva.
Por muy dantesca que sea la jugada represiva, por muy extenso y profundo que sea el golpe, no podemos permitir que se detenga el avance de la guerra social. La fuerza de nuestras convicciones debe alimentar la coherencia entre nuestras proyecciones y el espinudo escenario por el que debemos atravesar, así aprendimos de generaciones que nos antecedieron, así debemos enfrentar la adversidad.
Si dejamos de propagar aquello que hace latir nuestro corazón y alimenta nuestra vida, como es la negación de toda autoridad…todo paso dado en el camino que hemos emprendido, carecerá de valor, sentido y coherencia. Nos traicionaríamos a nosotrxs mismxs, a nuestrxs muertxs y a todxs quienes mantienen viva la revuelta.
Mientras preparan el terreno y afilan los cuchillos para la cacería, generemos los lazos solidarios que invaliden la estrategia represiva.
martes, 15 de junio de 2010
Allamand, tu pasado terrorista derechista te condena
"Al llegar a los edificios de Carlos Antúnez había otra barricada armándose. Gerardo saludó a los que la estaban levantando. El Tata apodaban al que mandaba. La barricada era bien mala y estaba medio apagada.
-¡Chis...! Harto penca la barricada que tenís -le sacó pica Gerardo-. Te estái poniendo viejo y aburguesado.
-Que querís, si no hay na que quemar -se defendió el Tata.
-Ya, sácate las balas con ésa, no más. Lo que pasa es que soi pura jeta y no pasa na contigo.
El Tata se rió. No le quedaba otra, por lo demás. Bruscamente aparecieron unos lolos corriendo. Eran tres. Por la pinta se notaba que debían haber estado toda la tarde en las barricadas y en las mochas con la policía. El mayor tendría a lo más unos diciséis (sic) años.
-Tata -le dijeron anhelantes-, viene un trole en la otra cuadra, ¿lo podemos hacer recagar? Déjanos echarnos uno que sea -pidieron.
Al Tata se le iluminó la cara.
-¿Qué esperan, entonces? -Vamos mierda! ¡Carrera maaar!
Los lolos se taparon la cara con unos pañuelos que en un pasado remoto debían haber sido blancos. Más para que no les vieran las caras de mocosos que por susto a que los fueran a reconocer. Partieron embalados. En la carrera se les unieron unos cuantos más.
El Tata se fue detrás, siguiéndolos como en león que supervigila con mirada atenta las primeras correrías de sus cachorros. Sin apurarse, caminando lentamente, por el medio de la calle.
Los lolos parecían monos escapados de algún zoológico. Lo primero que hicieron fue colgársele de los cables al trole en marcha. Desconectado, el trole se detuvo.
Luego no dimos crédito a lo que nuestros ojos presenciaron. La gente del trole, que iba a medio llenar, se movió inquieta en los asientos, tratando de percatarse de lo que pasaba.
Los lolos, sin dar tiempo al chofer ni de que se parara de su asiento, se subieron al vehículo, palo en mano.
-¡Ya, huevón, te fuiste, partiste! -le gritaron, amenazándolo con los garrotes en alto.
El chofer puso cara de espanto. Los pasajeros, paralizados, no atinaban a nada que no fuera no moverse. Realmente, la audacia de los lolos era abismante. Demostraban una decisión y una fiereza asombrosas.
-¿Que no entendís castellano? ¡Andate, te dicen! -le gritaron mientras lo zamarreaban.
El chofer puso cara de resignación.
-Ya me voy, ya me voy -dijo temerosamente-. Además, yo dije que esto iba a pasar, yo dije que iba a pasar, yo dije...
-¡Apúrate, mierda! Chao, pescao, chao, pescao -y nuevo empujón.
El chofer agarró su maletín, metió adentro la plata y los boletos y se mandó cambiar. No paraba de repetir que él lo había advertido.
Una vez que el chofer su hubo bajado, los lolos se dirigieron a la gente, que seguía inmóvil.
-¡Abajo, abajo, vamos bajando! Si no, quemamos el trole con ustedes adentro -advirtieron.
Un viejo de anteojos trató de resistirse. Se paró y avanzó hacia los lolos con claras intenciones de agredirlos. Sin inmutarse, el más chico lo hizo comerse un tremendo palo en la cabeza, que de pasada le quebró los anteojos. Antes que se repusiera, de dos patadas lo dejaron sentado en la calle. El viejo, cuando abrió los ojos, se encontró medio mareado y rodeado de miradas amenazadoras.
Los de afuera, al ver que había problemas, procedieron a quebrar los pocos vidrios que quedaban intactos. Fue suficiente. los pasajeros empezaron a bajar, empujándose, atropellándose unos con otros. El viejo de los anteojos imploraba, lloroso, que lo dejaran subir a buscar su portafolio.
La primera parte de la misión estaba cumplida.
Acto seguido, uno de los lolos se sentó al volante y los otros empujaron entre gritos y felicitaciones. Las ventanas de los departamentos se veían negras con las cabezas de sus ocupantes que se asomaban para mirar la escena. Lo mismo pasaba con la gente que andaba por la calle. Se paraban y quedaban sorprendidos, mirando el inesperado y singular espectáculo.
Lo cruzaron en medio de la calle y trataron de quemarlo. No prendía. ¡Los troles no usan bencina, que es la que se inflama!
(...)
El Tata desesperadamente buscaba como solucionar el 'impasse'. Se fijó entonces en una vieja parada en la vereda del frente, que observaba detenidamente el proyecto de incendio. Tenía a su lado un bidón azul.
El Tata corrió hacia ella.
-¿Donde pudo comprar parafina, señora? -le preguntó con cara de sumo interés. Cualquiera hubiera dicho que llevaba toda la tarde tratando de comprar unos pocos litros.
-En la bomba de bencina de la otra cuadra, jovencito -contestó, sin quitarle la vista de encima al trole-. les llegó en la mañana. Si se apura, le toca.
Era lo que el Tata quería que le respondieran.
-Muchas gracias, señora.
La vieja lo miró por primera vez. Ya se había ido. Tampoco estaba ya el bidón.
-¡Al ladrón! ¡Al ladrón! -gritaba-. ¡Me robaron la parafina!
El Tata, sin detenerse, le sacó la tapa al bidón. Llegó hasta el trole y le vació el contenido equitativamente entre las distintas ruedas. Un segundo más tarde, el trole ardía por los cuatro costados.
-Nuevamente, muchas gracias, señora. La Patria se lo agradecerá -le dijo mientras le devolvía el bidón sin una gota del en esos días, apatecido combustible.
-¡Desconsiderado! ¡Abusador! ¡Desgraciado!
El espectáculo impresionava. El aire se llenó de olor a caucho quemado. El trole ardía y los lolos corrían a su alrededor. Parecían indios bailando la danza de la guerra frente a la hoguera de su campamento.
El Tata se acercó a donde estábamos nosotros. No cabía en sí de gozo.
-Echate una tallita por la barricada -le dijo a Gerardo muerto de risa y con cara de cabro chico después de haberle hecho una maldad.
Gerardó no contestó. Apenas esbozó una sonrisa.
Los tiras se dejaron caer cual buitres al avisar carroña.
-Nos estaríamos virando -dije.
Así fue. Nos despedimos y nos fuimos rápidamente cada uno para su casa.
En la calle, el trole, ya mezcla de fierros retorcidos, seguía ardiendo".
"Robarme el revólver fue una gran complicación. La oportunidad de tener unos minutos el llavero del papá no se había producido". Pero se produjo y Andresito supo aprovecharla. Gracias a eso pudo dedicarse la mañana del 11 de septiembre a "palomear rotos" disparándole -literalmente- desde las alturas a los trabajadores que habían logrado llegar a Chilefilms.
Una vez derrocada la UP, el pije pudo dedicarse a sus problemas sentimentales. Su enamorada había sido golpeada por upelientos que realizaron una contundente retoma del Liceo, y fue a dar con sus bien merecidos moretones y rasmillones a una Clínica privada. Andrés, que era fiero y valiente en las calles y patotas nacionalistas, sentía ahora miedo, del amor...
"Me topé con la clínica. Mi nerviosismo aumentó ostensiblemente.¿Qué me pueden hacer? ¿No he estado veinte veces en la calle, enfrentando cara a cara el peligro? ¿Que no he pintado y me encontrado con la Parra? ¿Que no he andado armado este último tiempo?¿De qué mierda tengo miedo entonces? ¿Le compro flores o no? Mejor no. Puede ser inoportuno".
Y acá se pone a disparar unos versos que harían enrojecer de vergüenza al mismísimo Arjona, rematando con unas apreciaciones del contexto histórico que en indolencia dejan chico al viejo tonto y ex-embajador Otero:
"Ella era muy importante. Más allá de la toma y la violenta retoma y de que el Gobierno hubiera cambiado, estaba ella. Presente, latente. Plena. Total. Infinita.
Mientras caminaba, recordaba.
El día que la vi.
El día que le tomé la mano.
El día en que la encontré.
El día en que me consoló.
El día que me gustó.
El día que me molestó.
El día que me encantó.
El día que la quise.
El día en que la besé.
El día en que fue mía.
Los días que la amé.
Crucé el río donde las radios argentinas decían que flotaban cadáveres. Casi con morbosa curiosidad los busqué y no encontré ninguno".
domingo, 13 de junio de 2010
Sinapsis 8.8
Lanzamiento de SIN[A]PSIS 8.8, el viernes 18 de Junio, junto a los ritmos de Juancho Trova, Oh! Que Horror y Katakresis. También presentaremos cortos experimentales y habrá pizza, bebestibles y feria libertaria. Desde 20:00 a 01:00 en Casa Volnitza, Vidaurre 1629, entre dieciocho y la norte sur, metro los héroes. Con tu asistencia estarás apoyando este proyecto
Entrada: $1500 con videorevista y $1000
sábado, 12 de junio de 2010
Errico Malatesta: un incansable propagador de las ideas libertarias
(por Espartaco Gatti)
Aparecido en: Solidaridad periódico clasista y libertario . Pagina 3
Descargar en: http://www.scribd.com/doc/32875811/solidaridad-n°1
El compañero de origen italiano Errico Malatesta (1853-1932), es una de las figuras más importantes del movimiento anarquista internacional de todos los tiempos. Fue militante de la sección italiana de
A continuación reproducimos un extracto de su artículo titulado “La organización”, aparecido en L’ Agitazione del 18 de junio de 1897:
“Favorecer las organizaciones populares de todas clases es consecuencia lógica de nuestras ideas fundamentales, y debería por lo tanto formar parte de nuestro programa (…) nosotros los anarquistas no podemos emancipar al pueblo; queremos que el pueblo se emancipe. No creemos en el bien que viene de lo alto y se impone por la fuerza; queremos que el nuevo modo de vida social surja de las vísceras del pueblo y corresponda al grado de desarrollo alcanzado por los hombres y pueda progresar a medida que estos progresan. A nosotros nos importa, por lo tanto, que todos los intereses y todas las opiniones encuentren en una organización consciente la posibilidad de hacerse valer y de influir sobre la vida colectiva en proporción a su importancia.
Nosotros nos hemos fijado la tarea de luchar contra la actual organización social y de abatir los obstáculos que se opongan al advenimiento de una nueva sociedad en la cual estén asegurados la libertad y el bienestar para todos. Para conseguir este fin nos unimos en un partido y tratamos de ser cada vez más numerosos y lo más fuertes que sea posible. Pero, si lo único organizado fuera nuestro partido, si los trabajadores permanecieran aislados como otras tantas unidades indiferentes entre sí y sólo vinculados por la cadena común, si nosotros mismos, aparte de estar organizados en un partido en tanto somos anarquistas, no lo estuviésemos con los trabajadores en tanto somos trabajadores, no podríamos lograr nada, o, en el más favorable de los casos, solo podríamos imponernos… y entonces ya no sería el triunfo del anarquismo, sino nuestro triunfo. Entonces, por más que nos llamáramos anarquistas, en realidad sólo seríamos simples gobernantes, y resultaríamos impotentes para el bien, como lo son todos los gobernantes”.
jueves, 10 de junio de 2010
Deuda pública
La deuda pública actúa como uno de los agentes más enérgicos de la acumulación primitiva. Como por arte de magia, dota de virtud reproductiva al dinero improductivo convirtiéndolo así en capital, exento de los riesgos y problemas inherentes a su empleo industrial e incluso a la usura privada. En realidad, los acreedores del Estado no entregan nada, ya que su capital principal, convertido en títulos de la deuda pública, fáciles de negociar, sigue obrando en sus manos como el dinero en efectivo. Pero, aun prescindiendo de la clase de rentistas ociosos creada de esta forma, y de la riqueza improvisada de los financistas intermediarios entre el gobierno y la nación, así como de los arrendatarios de impuestos, comerciantes, manufactureros particulares, a quienes una buena parte de cualquier empréstito estatal les aprovecha como un capital caído del cielo, la deuda pública ha impulsado a las sociedades anónimas, al comercio de toda clase de documentos negociables, a las operaciones aleatorias, al agio; en resumen, a las especulaciones bursátiles y la bancocracia moderna.»
lunes, 7 de junio de 2010
El MIL y los Consejos obreros
Las Comisiones obreras españolas, tal y como han funcionado entre 1962 y 1968, han tenido tres precedentes históricos: el primero son los Soviets rusos antes de que los bolcheviques tomasen su dirección e hiciesen de ellos un instrumento dócil de su política [19]. El segundo son los Consejos obreros alemanes, aparecidos al calor de la revolución de 1919 y sobre los que Pannekoek, en compañía de Gorter, va a teorizar [20]. El tercer precedente lo constituyen los Consejos obreros aparecidos en Hungría, especialmente en Budapest, durante la insurrección de 1956. Su corta duración --entre el 23 de octubre y el 4 de noviembre de 1956- y las diferencias de régimen dificultan la comparación con nuestras CCOO.
Anton Pannekoek (1873-1960) ha sido una de las raras personas, con Marx, que a lo largo de toda su vida y en todas sus obras, ha enfocado el problema de la transformación social desde el ángulo de la dinámica de la lucha de clases, viendo ésta como una lucha autónoma apta para establecer las bases de un mundo nuevo. Analizar la concepción que de los Consejos obreros tenía el MIL equivale forzosamente a analizar la obra de Anton Pannekoek puesto que fue en él en quien se inspira el MIL. En realidad, la omisión del MIL, al no conocer a Gorter, no ha sido tan grave puesto que sobre los principios fundamentales, ambos están de acuerdo. Quien quiera conocer a fondo los Consejos obreros no podrá prescindir, sin embargo, de la obra de ese gran filósofo que fue Gorter.
El último libro de Pannekoek, Los Consejos obreros, escrito entre 1942 y 1947, es el resultado, y en cierta forma la totalidad, de una obra rigurosa. Pannekoek ha entresacado, a partir de la experiencia alemana de 1919, principios estimulantes y comprensibles para todos. Sería inútil recordar que Pannekoek fue, además de un célebre astrónomo, uno de los miembros más sobresalientes de la izquierda socialdemócrata alemana y, más tarde, de la ultraizquierda holandesa.
Las conclusiones a que llega Pannekoek son el fruto de su participación en las luchas de fin del siglo XIX y casi la mitad del XX. Sus reflexiones sobre los momentos álgidos de la historia del movimiento obrero -soviets rusos, consejos alemanes, luchas diarias y evolución del capitalismo moderno- son de una riqueza y de una experiencia esenciales para las luchas de hoy.
Su reflexión sobre los principios de la organización social, su evaluación crítica de la lucha de clases desde el nacimiento del capitalismo, su crítica continua de los movimientos que se vinculan con el socialismo, así como un estudio magistral de la burguesía y de las clases dominantes del mundo entero, quedan expuestos en Los Consejos obreros.
El concepto «Consejos obreros» no designa una forma de organización fija, elaborada de una vez para siempre y de la cual no quedaría sino perfeccionar los detalles. Se trata más bien de un principio, el principio de la autogestión obrera de las fábricas y de la producción. La realización de este principio no pasa en manera alguna por una discusión teórica concerniente a las mejores modalidades de ejecución. Se trata de una cuestión de lucha práctica contra el aparato de dominación capitalista: Consejos obreros quiere decir lucha de clases, acción revolucionaria contra el poder del Estado. Así pues, la idea de Consejos obreros no tiene nada que ver con un programa de realizaciones a poner en práctica mañana o el año que viene: se trata únicamente de un «hilo conductor para la dura y larga batalla de emancipación que la clase obrera tiene delante de ella» [21].
No sólo es contra la sociedad capitalista y su organización contra lo que Anton Pannekoek nos pone en guardia. Ataca igualmente a los partidos, considerados como propagandistas de la ideología burguesa y que no pueden contribuir, aunque lo quieran, a la emancipación de la clase obrera: hasta ahora la práctica de todos los partidos ha consistido en tomar el poder y ejercerlo en su único provecho. Esta aceptación tácita de desempeñar un papel de tutor de la clase obrera en el seno del gobierno -aspiración actual de muchos partidos comunistas- hizo decir a Pannekoek: «...en la transformación que debe conducir a la instauración de una sociedad sin clases, se trata, por supuesto, de esta organización del cuerpo social que nace de la lucha de los mismos productores, de la autoorganización y no de la puesta en marcha de una organización resultante de un programa, copiando una estructura hecha a priori, viniendo del exterior, inspirada por las Organizaciones, como por ejemplo los partidos políticos».[22]
Lo que conviene edificar, según Pannekoek, es una fuerza nueva que opondrá la autogestión real a la gestión del hombre por el hombre. De esta manera, la clase obrera no podrá afirmarse y vencer en tanto que no tome en sus manos ella misma su destino, y no lo conseguirá por arte de magia; para llegar a ello, la clase obrera está obligada a renunciar a las ideas caducas, a las viejas quimeras. Hecho esto, el proletariado se hallará entonces ante tareas más arduas: aplastar completamente al enemigo, organizar la producción, crear un orden nuevo.
En esta sociedad sin clases imaginada por Pannekoek, se impone una organización de la producción a escala global. Para ello es necesario recurrir a cuerpos o estamentos de delegados: son los mismos que la historia ha asociado al nombre de Consejos obreros y cuya tarea fundamental es la de resolver «el problema de la coordinación social global». Esta vocación social de los Consejos obreros es diferente, con mucho, de la de gerente de la fábrica por el Consejo de empresa. En efecto, además del papel económico que desempeñan en la organización de la producción, los Consejos obreros asumen igualmente un papel político en la coordinación social.
A este propósito, decía Pannekoek que «...ellas [las masas en acción] organizan su poder en las fábricas y talleres preparándose para nuevas luchas con vistas esta vez a quebrantar definitivamente la dominación del capital. Ellas [el término alemán utilizado es «masas»] forman, por medio de los Consejos obreros, una comunidad dotada de una cohesión cada vez más grande, capaz de asegurar la gestión de la sociedad en su conjunto. El único medio de vencer al capital consiste, todavía y siempre, en la acción conjunta de las masas; ocupando las fábricas y construyendo su organización de Consejos. »
Los Consejos obreros son los órganos de acción práctica y de combate de la clase obrera y al mismo tiempo la forma de autogobierno que, en el futuro, sucederá a las diversas formas de gobierno del antiguo mundo. Los Consejos obreros son la forma de organización propia del periodo de transición durante el cual la clase obrera lucha por el poder, aniquilando el sistema capitalista y organizando la producción social. La nueva orientación del socialismo es la autogestión de la producción, la autogestión de la lucha de clases y todo ello por medio de los Consejos obreros.
Digamos que la importancia de la obra de Pannekoek consiste en no haber imaginado de manera «idealista» la organización venidera -que él, y con él el MIL, llamaron comunista-, sino, por el contrario, el haber planteado todos los problemas que no podrán estar ausentes en una sociedad autogestionaria. Pannekoek, hastiado por las polémicas que se desarrollaron en el seno del movimiento obrero mundial, propuso superar en la práctica -es decir, a través de la práctica y no por medio de revistas o mítines- las contradicciones inherentes a toda acción política.
La autoorganización de la clase obrera, noción que tomó con: el tiempo el nombre de comunismo de los Consejos obreros, ha sido una constante en la obra de Pannekoek: «La autogestión generalizada es un sistema social en el cual las decisiones son tomadas, no ya por una minoría de «dirigentes» sobre una mayoría de «dirigidos», sino por la colectividad entera. Al nivel de la unidad de producción, esto significa que las decisiones de realización y de reparto de rentas (o beneficios) son de competencia de la colectividad de los trabajadores por medio de los órganos, elegidos y revocables en todo momento, que son los Consejos obreros».
Una organización semejante, en ruptura total con la organización capitalista jerarquizada, plantea numerosos problemas: -al nivel del conjunto de la colectividad, el problema de los mecanismos de coordinación entre las unidades de producción autónomas, -al nivel de una unidad de trabajo, el problema de la distribución de la formación y de la información.
Permítasenos detenernos un momento sobre la forma en que Pannekoek soluciona los problemas que acabamos de mencionar. Se trata en realidad de unos principios de organización que nos son presentados en el primer libro ( «La tâche» ) de Los Consejos obreros. Ello nos permitirá comprender las opciones políticas del MIL, relativas a la organización por él ideada para las Comisiones obreras y que será analizada en el apartado siguiente.
Principios de organización
La organización, tal es el principio fundamental del combate de la clase obrera con vistas a su emancipación. De tal principio podría deducirse que el problema más importante, desde el punto de vista del movimiento práctico, es el de las formas de esa organización. Lo que sigue, es un resumen de cómo entendía Pannekoek las formas de organización.
a) La organización de la producción
La tarea más grande, pero también la más dura, es para los trabajadores la organización de la producción sobre bases nuevas. Deberá comenzar por la organización en el interior de la fábrica.
El órgano de gestión, en esta organización de fábrica, estará constituido por la colectividad de los obreros que allí trabajen. En la nueva comunidad de trabajo, todos los intereses serán esencialmente los mismos y todos los pensamientos estarán orientados hacia la meta común que es la organización en una cooperación efectiva. [23]
En este mundo nuevo, se dará una nueva definición a la base ya la esencia misma de la vida. Es el trabajo productivo el que ocupa y ocupará siempre, según Pannekoek, el primer lugar en el espíritu de cada cual; es decir, el trabajo productivo será siempre el objeto primordial del pensamiento. [24]
Las nuevas condiciones de trabajo harán de estos Comités de fábrica algo totalmente diferente de lo que conocemos en el mundo capitalista. La organización de la empresa consiste ante todo en la ordenación y en la conexión coherente de las diferentes etapas de trabajo, de manera que éstas formen un todo.
Ya no nos encontramos, pues, en presencia de una gestión capitalista de la empresa, sino en el marco de una organización que se funda en la emancipación y en la libre asociación de cada uno en un conjunto social liberado de toda tutela autoritaria. Y más concretamente, decía Pannekoek que «en el sistema capitalista los poseedores de los medios de producción acaparan el producto social, se meten en el bolsillo la plusvalia y explotan a la clase obrera. La explotación no cesará hasta el día en que los trabajadores se apoderen de los medios de producción. En ese momento, la producción de todos los artículos necesarios a la existencia se convierte en una tarea de la comunidad de los obreros. En consecuencia, cuando la clase obrera tome posesión de los medios de producción, le será necesario al mismo tiempo organizar la producción». [25]
Este asumir los medios de producción vuelve a dar a la clase obrera el poder de escoger y de decidir ella misma, mientras que antes estaba condicionada y, finalmente, obligada a satisfacer las necesidades que la vieja sociedad le había creado. Se trataba y se sigue tratando de falsas necesidades fabricadas únicamente en beneficio del capital. Para que el proletariado pueda llegar a ser realmente dueño de su destino, le hace falta crear simultáneamente su organización propia y las formas del nuevo orden económico.
En el momento en que los poderes existentes se paralicen y empiecen a desmoronarse las funciones de dirección del antiguo gobierno, deben pasar a manos de las organizaciones obreras.
La forma de organización que pueda unir al proletariado en su lucha contra la burguesía, constituye paralelamente la forma de organización del nuevo proceso de producción.
Hemos analizado la organización de la producción en primer lugar para señalar mejor el hecho de que ello constituía la primera y fundamental preocupación de Pannekoek. «Sin la producción, solía decir el astrónomo, la sociedad se condena». Una vez organizada la producción y como consecuencia lógica, se deben organizar las relaciones sociales, si se quiere llegar a esa república de los Consejos obreros.
b) La organización social
Como acabamos de ver, la organización de la producción por los trabajadores reposa efectivamente sobre la cooperación libre: ni amos ni servidores. El mismo principio que preside el reagrupamiento de todas las empresas en una organización social unificada. Y es a los obreros a quienes corresponde construir el mecanismo social correspondiente.
Los medios de organizar la totalidad social surgirán a partir de asambleas en que se reúnan los delegados del conjunto de las empresas -los Consejos obreros-, donde se discutirán y solucionarán los asuntos corrientes. El desarrollo de esta organización de Consejos permitirá, pues, resolver el problema de la organización social así como exterminar la dictadura del hombre por el hombre, venga de donde venga, con el fin de que en la nueva sociedad todos los productores sean libres e iguales.
Para Pannekoek, que no pierde de vista la sociedad existente, la situación cambia completamente cuando son los obreros los que organizan la producción en calidad de dueños de su trabajo y de productores libres. Sin ello, organizar la sociedad, es decir las relaciones sociales, sería una utopía y arrastraría la aparición de las desigualdades propias del mundo capitalista.
En la nueva sociedad, los trabajadores no son en manera alguna funcionarios sometidos a los Consejos obreros, obligados a obedecer sus órdenes. Buen cuidado tuvo Pannekoek de señalarlo, ya que bien sabía él de qué forma degeneraron los Soviets rusos y cómo el centralismo conduce al fenómeno estalinista. Al contrario y sin necesidad de imposiciones, los trabajadores, por grupos, cumplen con sus tareas como cualquier otro grupo, sin perder un instante de vista las necesidades del conjunto social. Si algo hay que imponer, son los trabajadores mismos quienes lo impondrán, desde la base, por medio de asambleas generales de las cuales surjan los delegados, quienes a un nivel más amplio, discutirán y tomarán las decisiones necesarias para construir la organización del trabajo y la organización social. Estas asambleas permitirán a los trabajadores administrar la producción y dominar su universo.
Si hubiese que resumir la organización social, vista por Pannekoek, la resumiríamos en una palabra: asamblea. Pero no todos los miembros pertenecientes a una colectividad social pueden participar, juntos, en las asambleas, no sólo por la falta evidente de espacio (¿dónde podrían reunirse, por ejemplo, todos los catalanes juntos?), sino además por la variedad de tareas y especialidades que en cada sociedad existen. Aquí es donde interviene la originalidad, la creación de Pannekoek: es necesario organizarse en Consejos.
c) La organización de los Consejos
Los Consejos obreros son la forma de autogobierno que remplazará en tiempos venideros a las formas de gobierno del antiguo mundo. La democracia obrera no tiene nada en común con la democracia política de los sistemas sociales precedentes. Lo que se ha dado en llamar democracia política del capitalismo no es para Pannekoek más que un simulacro de democracia, un sistema concebido hábilmente para enmascarar la dominación real del pueblo por una minoría dirigente.
Los Consejos no gobiernan, transmiten las opiniones, las intenciones y la voluntad de los grupos de trabajo. La organización de los Consejos es una democracia real, la democracia de los trabajadores en que los obreros son dueños de su trabajo. En la organización de los Consejos, la democracia política desaparece puesto que la política misma desaparece, cediendo el lugar a una economía socializada.
La organización de los Consejos teje a través de la sociedad una red de cuerpos diversificados, que trabajan en colaboración, que ordenan su vida y su progreso según su libre iniciativa. Todo lo que es discutido y decidido en los Consejos extrae su verdadero poder de la comprensión, de la voluntad y de la acción de la humanidad trabajadora. En el mundo de los Consejos obreros, la sociedad está en manos del hombre que obra sobre ellas y, puesto que obra, el hombre comprende lo esencial de la naturaleza de la sociedad, es decir, consigue adquirir una conciencia global de la sociedad.
La organización de los Consejos consiste ante todo en la organización de los trabajadores por ramas, en el seno de sus propias empresas. Allí, los trabajadores ejercen una democracia directa por medio de las asambleas. De dichas asambleas salen uno, dos o x delegados que tienen por misión transmitir la voluntad de los trabajadores, expresada por vía de asamblea. Los delegados se reúnen, discuten y toman decisiones; incluso entonces, la democracia sigue siendo directa puesto que los delegados son revocables permanentemente. Sobre la organización de los delegados en los Consejos obreros, Pannekoek insiste particularmente. Su organización constituye la última de las tareas esenciales de los Consejos obreros, según Pannekoek.
d) Los delegados a los Consejos
Los delegados a los Consejos están vinculados por su mandato: tienen por única misión transmitir las opiniones de los grupos de obreros que les han escogido para representarlos. Dado que son revocables en todo momento, los trabajadores que les han conferido el mandato conservan todos sus poderes.
Por otra parte, los delegados a los Consejos son elegidos por un grupo socialmente homogéneo a fin de expresar la voluntad de todos, sobre todo si se tiene en cuenta que los Consejos no están compuestos únicamente por obreros que poseen intereses de clase comunes. Los Consejos constituyen un grupo natural de personas que trabajan juntas cada día en una empresa y que se enfrentan al mismo adversario. Estos grupos o Consejos decidirán, cuando ello sea necesario, las acciones que haya que desarrollar fraternalmente, codo con codo, en la unidad. La representación de los delegados reposa en la agrupación natural de los trabajadores a lo largo del proceso de producción, única base real de la vida social. [26]
En los Consejos obreros, la forma de representación es completamente diferente de lo que hasta ahora conocemos: se trata de la representación de una clase revolucionaria en lucha. En realidad sólo los intereses proletarios están representados, puesto que esta forma de organización excluye la participación de los delegados capitalistas. En otros términos, los Consejos obreros son los órganos de la dictadura del proletariado, de la que Pannekoek decía: «...la dictadura de la clase obrera corresponde exactamente a la más perfecta de las democracias, a la verdadera democracia proletaria que excluye a los explotadores en vías de desaparición».
Los delegados de que hablamos no pueden decidir sin su base para imponerle su voluntad; son los mismos trabajadores quienes deben decidir el camino a seguir y las orientaciones generales correspondientes: el poder de actuar y decidir les corresponde por derecho propio. Vemos, pues, que a través del consejismo aparece una alternativa clara: la gestión de la sociedad por nosotros mismos. Es lógico, puesto que la lucha de clases no se sitúa solamente al nivel de un cambio de administradores (o técnicos) a la cabeza del Estado.
A lo largo y ancho de su obra, Pannekoek expuso los medios que pondrán fin a la explotación del hombre por el hombre. Cada día, decía Pannekoek, las dos clases se definen más concretamente: frente a una acrecentada dominación, por medio de una economía planificada bajo la autoridad del Estado, aparece la asociación de productores libres e iguales, concepto éste que Marx había definido mucho antes que Pannekoek.
Hace falta, decía Pannekoek, definir claramente los objetivos de esta asociación de productores libres e iguales. Por su parte, él los definió así: «¡Ocupad las fábricas! ¡Apoderaos de las máquinas! ¡lmponed vuestro poder sobre el aparato productivo! ¡Organizad la producción por medio de los Consejos obreros!»
La transformación es al mismo tiempo una ruptura con la ideología dominante. La autogestión, por medio de los Consejos obreros, conduce al mismo tiempo a la emancipación ideológica.
Pannekoek ha sido sin duda, el autor que más ha influenciado a los miembros del MIL, quienes trataron de dar a conocer las teorías más realistas de los Consejos obreros, dejando aparte el lado utópico de su pensamiento. Es pues necesario tener en cuenta las ideas fundamentales del consejismo a fin de comprender la postura que el MIL adoptó frente a la organización española que más se parecía a los Consejos obreros: las Comisiones obreras.
Notas
19. Michel Laran: Russie - URSS: 1870-1970, Masson, París, 1973. Véase sobre todo Voline: La révolution inconnue, Belfond, París 1972.
20. Anton Pannekoek: Les Conseils ouvriers, Bélibaste, París, 1974.
21. Anton Pannekoek: Ueber Arbeiteräte, Funken III. editado en junio de 1952.
22. Esta y las citas siguientes provienen de la obra de Anton Pannekoek: Les Conseils ouvriers, op., cit.
23. Hemos empleado esta terminología porque corresponde casi palabra por palabra a lo que había dicho Pannekoek a lo largo de su enorme trabajo sobre el problema de la organización.
24. Lo dicho ell esta última frase, que resume bien el pensamiento de Pannekoek, ha sido reinventado, para desgracia de este último, por los leninistas chinos y puesto en práctica a partir de la revolución cultural. De lo que los leninistas chinos no se acuerdan, ya que sin querer han descubierto a Pannekoek, es que este último también había previsto el descanso. Véase Simon Leys: Les habits neufs du président Mao, Champ Libre, París, 1971.
25. Pannekoek: Les conseils ouvriers, op., cit., p. 81 a 89. Esta concepción de cómo organizar la producción eficazmente fue puesta en práctica en España por la CNT -inspirada por la FAI- en ciertas regiones de Aragón. Consultar para ello Gastón Leval: Espagne libertaire 36-39, Editions du Cercle 1971; y César M. Lorenzo: Los anarquistas españoles y el poder, 1868-1969, Ruedo ibérico, París, 1972.
26. Los Consejos obreros es una de las formas para evitar la burocracia. Véase los trabajos de Isaac Deutscher: «Las raíces de la burocracia» Cuadernos Anagrama, así como Ernest Mandel: «La burocracia» Cuadernos de Formación Polílica. 1. Y, sobre todo. Ernest Mandel: «Contrôle ouvrier. Conseils ouvriers, Autogestion,» Maspero, París, 1973.